La construcción de caminos en todos los países del mundo, se ha constituido en un factor de carácter estratégico para integrar las regiones y fundamentalmente consolidar procesos de crecimiento y desarrollo, como asimismo la construcción de obras de infraestructura urbana que a través del paso del tiempo permitió consolidar el progreso y crecimiento de las ciudades; y consecuentemente contribuir al mejoramiento de las condiciones de vida de los habitantes de un determinado espacio geográfico. La construcción de líneas de ferrocarril al igual que las carreteras, se constituyeron en otro elemento de transporte y comunicación para concretar el desarrollo económico y social de las naciones.
La historia de nuestro Departamento, registra más de un siglo de gestiones desarrolladas para contar con caminos expeditos y transitables correspondientes a la red fundamental o nacional, provincial y municipal y la visión del futuro del Departamento de Tarija, escrita de manera coincidente en documentos oficiales de entidades públicas desde hace más de un siglo, establece que “Tarija debe convertirse en un Departamento con alto desarrollo humano, integrador e integrado, productivo y competitivo, en base al aprovechamiento sostenible de sus recursos naturales, consolidar la integración territorial y productiva tanto al interior y exterior con una red vial transitable”. El registro histórico establece a partir de marzo de 1879, cuando el país confrontaba la Guerra del Pacifico, la emisión de las primeras disposiciones legales aprobadas por el gobierno nacional para la construcción de caminos y hace más de cien años para la construcción del ferrocarril en el Departamento de Tarija.
El primer servicio de ferrocarril boliviano inicio actividades el 15 de mayo de 1892, en la ciudad de Oruro con la inauguración de la primera línea entre Antofagasta y Oruro. El país en la última década del siglo XIX empezó a vivir la fiebre de los ferrocarriles y fue el Presidente Aniceto Arce Ruiz, nacido en Tarija el 17 de abril de 1824, abogado, empresario y político que ocupó la Presidencia de Bolivia del 15 de agosto de 1888 al 11 de agosto de 1892, el principal impulsor de la introducción del ferrocarril en la actividad industrial y productiva del país. En esa oportunidad, después de martillar simbólicamente en un clavo de oro en la última riel colocada en su sitio durante la ceremonia oficial, el Presidente Aniceto Arce, exclamó gozoso ¡Ahora pueden matarme, si quieren!, en alusión directa a los liberales que lo odiaban a muerte en ese periodo.
Aniceto Arce Ruiz 1824 – 1906
Las rieles del tren se extendieron luego hacia La Paz, aunque su tendido demoró varios años para completar un primer anhelo de integración vía ferrocarril. La primera línea férrea fue utilizada fundamentalmente para el transporte y exportación de mineral de la mina Huanchaca, hacia el puerto de Antofagasta que formaba parte del territorio boliviano arrebatado por Chile en 1879.
La historia de la introducción del ferrocarril en nuestro país, está vinculada al Departamento de Tarija desde hace 128 años, es decir, desde octubre de 1889 a la fecha, con la aprobación y promulgación de diez leyes, cuya relación cronológica establece que Tarija debía contar con ferrocarril para estar integrado con el interior del país y con la vecina República Argentina. Ninguna de las leyes aprobadas por el Poder Legislativo y sancionadas por el Poder Ejecutivo se cumplió. Esta es la relación histórica.
La construcción del ferrocarril para Tarija, recorrió sobre gestiones y leyes … no sobre rieles
La Ley de 31 de octubre de 1889 promulgada por el Presidente Aniceto Arce, a través de su Artículo Primero concedió a la Compañía Huanchaca de Bolivia una garantía de interés de seis por ciento anual por veinte años al capital que se invierta en la construcción del ferrocarril de Uyuni a Oruro. La mencionada Ley en su Artículo Quinto, otorgaba las mismas condiciones para la construcción de ferrocarriles de las márgenes del río Paraguay de la frontera Argentina a Santa Cruz, Tarija, Sucre y Beni. Esta ley, tres años después, permitió el 15 de mayo de 1892, inaugurar la primera línea entre Antofagasta y Oruro.
El ferrocarril fue uno de los aportes tecnológicos más importantes del siglo XIX. Tuvo su origen en Inglaterra entre 1812 y 1825
Cuatro años después, la Ley de 20 de octubre de 1903 promulgada por el Presidente Juan Manuel Pando, instruía al Poder Ejecutivo practicar estudios técnicos para la construcción de un ramal del Ferrocarril Central Norte, de la Quiaca u otro punto conveniente, a la ciudad de Tarija. Los estudios no fueron elaborados al no haberse realizado la respectiva convocatoria. Posteriormente, el 5 de diciembre de 1906 el Presidente Ismael Montes promulgó la Ley que ordenaba al Poder Ejecutivo construir a la brevedad posible, un ferrocarril a la ciudad de Tarija, que parta del ferrocarril Central Norte Argentino o de la línea del Orán. El registro documental establece que el Ministro de Obras Públicas, Aníbal Capriles, cumplió la disposición pero no hubo interés de empresas nacionales y extranjeras para ejecutar la obra.
Pasaron otros cuatro años y en la administración del Presidente Eliodoro Villazón, la Ley de 23 de noviembre de 1911 autorizaba al Poder Ejecutivo, en ejecución de la Ley de 5 de diciembre de 1906, instruía convocar a propuestas la construcción de un ferrocarril de La Quiaca a la ciudad de Tarija, ofreciendo la garantía del cinco por ciento sobre el capital a invertirse en la obra. Para este propósito se destinaron en su totalidad los ingresos generados por las aduanas de Tarija y Yacuiba.
La Ley de 2 de diciembre de 1913 promulgada por el Presidente Ismael Montes en su Artículo Primero y en aplicación de las Leyes de 23 de noviembre de 1911 y 20 de noviembre de 1912, autorizaba al Poder Ejecutivo para que a la brevedad posible contrate un empréstito por la suma de un millón de Libras Esterlinas, destinadas a la construcción del ferrocarril de la Quiaca a la ciudad de Tarija. Uno de los principales impulsores de la gestión para la aprobación de esta Ley fue Juan Misael Saracho, representante tarijeño en el Poder Legislativo y Presidente de la Cámara de Senadores. Pasaron otros siete años, durante el gobierno del Presidente José Luis Guerra, se promulgó la Ley de 13 de febrero de 1920, que a través de su Artículo Único, autorizaba al Poder Ejecutivo mandar practicar los estudios del ferrocarril de Tupiza o La Quiaca a Tarija, tomando en cuenta los términos de la propuesta de Don Rafael Taborga. Hugo O´Connor D´Arlach, Diputado por Tarija y Secretario de la Cámara de Diputados, tuvo importante rol en la gestión y aprobación de la Ley, que tampoco prosperó y quedó en los archivos.
Treinta y ocho años después durante el primer gobierno del Presidente Hernán Siles Zuazo, a través de la Ley de 18 de septiembre de 1958, se elevó a rango de Ley el Decreto Supremo Nº 05017 de 11 de agosto de 1958, que instruía la iniciación de estudios para el ferrocarril Balcarce – Tarija – Yacuiba, a cargo de la Dirección General de Ferrocarriles. El Ministro de Obras Públicas y Comunicaciones Hernando Poppe en ocasión de la promulgación de la mencionada Ley expresaba su optimismo para que Tarija cuente con la conexión ferroviaria, se posibilite su integración con el occidente del país y su vinculación con Santa Cruz y Argentina, a través de Yacuiba. Esta fue la disposición que más próspero con la contratación de un consorcio japonés que dictamino la factibilidad técnica, pero no así la económica. Es decir, establecía que no había rentabilidad. Anecdóticamente las autoridades de ese tiempo justificaron la opinión del consorcio japonés afirmando que “no había con que llenar el tren”.
Cinco meses después del anuncio del inicio de estudios para el ferrocarril Balcarce – Tarija – Yacuiba, a iniciativa de la representación potosina en el Congreso Nacional se aprobó la Ley de 21 de febrero de 1959, que en su Artículo Primero, declaraba de necesidad nacional la vinculación ferroviaria entre Potosí – Cinti – Tarija, como medio de vertebrar el sur de la República, recomendándose al Poder Ejecutivo un estudio de este ferrocarril. El Artículo Segundo, señalaba que el Poder Ejecutivo fijará los recursos necesarios para la conclusión de los estudios en el término de doce meses. Esta ley fue promulgada por el Presidente del Congreso Nacional, Rubén Julio Castro y el Presidente de la Cámara de Diputados, Federico Álvarez Plata, ante la objeción del Poder Ejecutivo por existir la Ley de 18 de septiembre de 1958 que instruía los estudios para el ferrocarril Balcarce – Tarija – Yacuiba.