LIDIA AZURDUY R./BOLINFO/TARIJA
(elPeriódico-May 21/2017) En muchas oportunidades hemos graficado el estado de las calles y aceras de nuestra ciudad, sin embargo mirando con atención no es lo mismo que una persona saludable transite por ellas, la cual deberá en ciertos sectores prestar mayor atención y cuidado, a que lo hagan determinados sectores.
El paso de los años, deja ver secuelas en nuestros organismos, la vista se deteriora, los músculos se debilitan, los reflejos se tornan lentos y nuestro caminar cansino, llegando incluso algunos a presentar dificultades para despegar los pies del suelo.
Frente a un deterioro del cuerpo, las personas de la tercera edad, deben en algunas calles de la ciudad enfrentarse al mal estado por la falta de mantenimiento y el paso del tiempo que también deja secuelas en lozas y cemento.
En una situación distinta y en un momento de la vida casi contrario, se encuentran las madres que con sus carritos salen por las calles, ellas deberán además de atender a los pequeños, transitar de manera zigzagueante empujando un carro que recorre estropeadas aceras.
Los discapacitados son quienes viven en la cotidianeidad con limitaciones para poder moverse y trasladarse por medios propios, en una ciudad nada amable con este sector; que de por sí afronta lo que para muchos es una actividad automática el caminar, ellos deberán hacerlo con alguna discapacidad sumando el mal estado de muchas aceras, incrementando la complejidad.
Es urgente destinar tiempo y recursos para el mantenimiento de obras, para evitar su deterioro llegando a situaciones que generan incomodidad y perjuicio a las personas.
Las autoridades de turno deben gobernar para todos, pero siempre mirar a los sectores vulnerables, para acortar distancias y precautelar la igualdad de condiciones en un mar de diferencias. (eP)