Sin duda que es muy difícil oponerse a una propuesta para reducir las tarifas de electricidad, no sería exactamente popular manifestar una posición de esa naturaleza, lo cierto es que ante el proyecto de ley del asambleísta Wilman Cardozo las reacciones han sido diversas. La comisión respectiva en la asamblea legislativa departamental no dio curso al mismo manifestando sus argumentos, lo que generó una respuesta contundente de varios representantes de la gobernación y hasta del gobernador Adrián Oliva, criticando a los asambleístas del Movimiento al Socialismo (MAS) por supuestamente oponerse a un beneficio para la población.
En realidad lo que el proyecto establece no es que la asamblea autorice la rebaja de la tarifa de electricidad sino que se le permita al gobernador hacer las gestiones necesarias para conseguir ese objetivo, algo que consideramos innecesario ya que Oliva no precisa de una ley para eso, no existe ninguna prohibición para que simplemente proceda, para que lo haga si quiere, por otro lado la gente del MAS no supo aprovechar la oportunidad hasta para adueñarse de la iniciativa con los réditos políticos que podría significar, hábilmente la gobernación los mostró una vez más como quienes se oponen a lo que sea de provecho para Tarija.
Según la gobernación, se pretende una especie de compensación por la extracción de gas natural de territorio tarijeño y la subvención del precio del mismo en el mercado nacional, que permite que las termoeléctricas alimenten el Sistema Interconectado que, a su vez, es el que provee a Tarija al mismo precio que a otras ciudades del país. En resumen, se busca un trato diferenciado con nuestra región por su aporte a la Patria, lo que no nos parece descabellado, por el contrario, pero lo cierto es que para eso no es necesario todo lo que se esta haciendo, es cuestión de plantear una modificación a la ley de electricidad si corresponde por medio de nuestros diputados y senadores o gestiones directas del gobernador ante el ministro del área o el mismísimo presidente Evo Morales, el resto es jugar a la democracia o con las libertades de la democracia contando con la ingenuidad o sabe Dios que de algunos otros.