La vida franciscana en Tarija se inició el 18 de mayo de 1606, hace 411 años siendo la casa de los frailes una humilde morada en los extramuros de la villa, perdida en una huerta de dos manzanas entre las actuales calles La Madrid y Bolívar, espacio denominado “Convento de Nuestra Señora de Santa María de los Ángeles”. Por más de cuatro siglos los franciscanos en Tarija son historia y evangelización por pueblos, llanuras, selvas y montañas en territorios hostiles, en una labor que significó abnegación, diligencia y sacrificio que merece el eterno reconocimiento y les otorga un lugar privilegiado en la historia de nuestros pueblos y de la humanidad. El convento San Francisco de Tarija es “Patrimonio Histórico y Cultural de la Nación” declarado mediante Ley de la República Nº 2456 de 21 de abril de 2003.
La primera piedra para la construcción de la segunda capilla del convento fue colocada el día viernes 5 de noviembre de 1627 concluyéndose el templo el 25 de julio de 1767, luego de 23 largos años de sacrificado trabajo de construcción.
El 6 de marzo de 1606, la comunidad de la villa de San Bernardo de la Frontera de Tarija elevó una petición a la Real Audiencia de Charcas para tener un convento franciscano la cual expresaba lo siguiente: “El tesorero Hernando Álvarez, Francisco de Fuentes, Diego Enríquez de Montemayor, Juan Camacho de Guzmán, y Gaspar de Herrera, vecinos de la villa de Tarija, decimos: Que en la dicha villa a muchos años que está señalado sitio para fundar el Convento y Casa del Sr. San Francisco. E por quanto el lugar apetece su funde Convento de la dicha Orden, y lo emos tratado de presente con el Provincial de la dicha Orden, que está al presente en esta Corte, y se ha ofrecido á dar tres frailes para que vayan a fundar el dicho Convento i por que el hacerlo, y la Casa, y todo lo demás que fuere para su sustento, nos ofrecemos é los demás vecinos de dicha villa a sustentarlos sin que sea necesario se gaste de vuestra real hacienda.- A: Vuestra Autoridad pedimos y suplicamos nos conceda Licencia para el dicho efecto, pues es para tan buena obra y tengamos en aquella villa este Convento, por ser tan acepto á toda la Christiandad, que en ello recibiremos Merced”. Similar petición de los pobladores de la villa fue elevado al Cabildo Eclesiástico de los Charcas en sede vacante. Ambas autoridades acogieron y despacharon favorablemente la religiosa solicitud de los tarijeños. Dos meses después, llegaba a la villa de Tarija el P. franciscano Miguel Chirino, encargado de recoger las limosnas necesarias para realizar la deseada fundación. Con este objeto el 4 de mayo de 1606, siendo el día de la Ascensión, hace 411 años.
“… reuniéronse en la Iglesia Mayor el teniente de Correjidor Gonzalo Fuentes de Chávez, el Cabildo, Justicia y Rejimiento con el pueblo. Nadie se negó. Quien no pudo contribuir con limosnas pecuniarias, ofreció adobes, madera, reses, granos, vino y otras especies convertidas en dinero por Francisco Iñiguez de Arellano, primer Sindico de este Convento, para comprar dos solares, pues el sitio señalado no era á propósito, y costear los primeros gastos de la fundación. El total de las limosnas montó a dos mil ciento noventa y seis pesos con cinco tomines. Fuera de esto unos se obligaron á dar herramientas y peones, otros á cooperar con su trabajo personal”. (*)