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ERBOL

El exsenador opositor Roger Pinto Molina, actualmente con refugio político en Brasil, anunció este miércoles su decisión de retornar a Bolivia el próximo año, con el fin de retomar su actividad política y construir una opción democrática en oposición al presidente Evo Morales.

“Hay que volver, no vinimos para quedarnos y no dejaremos nuestros huesos por estos lados. Llegará el momento y muchos tendremos que volver o la historia nos olvidará. Esta (Brasil) no es nuestra patria y nuestra partida nunca fue para siempre”, manifestó a Erbol.

Consultado si no teme su encarcelamiento a raíz de una condena de cinco años dictada por el Tribunal de Sentencia N° 2 de Cobija, por los delitos de conducta antieconómica, resoluciones contrarias a la Constitución y las leyes, Pinto de 56 años de edad, dijo que esa no es su preocupación.

“Siempre me preocupó el país, la democracia, los presos políticos”, declaró el exsenador que estuvo 455 días encerrado entre el 28 de mayo de 2012 y el 23 de agosto de 2013, en un ambiente en la embajada de Brasil en La Paz, a la espera de un salvoconducto del gobierno para que cumplir una resolución de asilo político otorgado por ese país,

Pinto manifestó que cuando estuvo en Bolivia enfrentaba 22 juicios abiertos por los operadores políticos y jurídicos del gobierno. “Nunca me quitaron el sueño porque siempre fueron políticos y nunca probaron nada”, comentó.

Cuando se refugió en  la embajada, lo hizo en medio de versiones sobre una orden de aprehensión que lo llevaría a la detención preventiva en la cárcel de La Paz o Cobija, debido al proceso que tuvo mayor avance y que concluyó con cinco años de condena.

El opositor tuvo un rol protagónico por sus denuncias de narcotráfico que vincularían a algunas autoridades de alto nivel y entiende que la represalia judicial fue producto de esas denuncias que incluso llegaron a Palacio Quemado en un sobre cerrado a nombre del presidente Evo Morales y nunca se supo de su contenido.

Durante su encierro, Pinto estuvo al borde del suicidio por la “aguda depresión psicológica” al que cayó, debido a que la cancillería a la cabeza de David Choquehuanca, se negaba a otorgar el salvoconducto.

El entonces ministro consejero de la embajada de Brasil en Bolivia, Eduardo Saboia, armó un operativo que lo trasladó en un vehículo diplomático escoltado por otro con policías de la Armada brasileña.

El operativo de fuga le costó el cargo al entonces embajador Marcel Biato quien fue destituido y Saboia fue “puesto en la congeladora” y suspendido de la carretera diplomática de Itamary. La crisis entre los gobiernos de corte socialista de Dillma Rousseff y Evo Morales duró dos años sin intercambio de embajadores.

La comisión de Relaciones Exteriores de Brasil presidida por el senador opositor Ricardo Ferraço truncó las nominaciones posteriores enviadas por Rousseff y devolvió gentilezas al poner en el gavetero cualquier iniciativa en ese sentido, mientras no se investigue las causas por las que la cancillería brasileña no utilizó los recursos diplomáticos para presionar por la libertad de Roger Pinto.

Hoy situación política cambió en Brasil. Los opositores de ayer son gobierno en Brasil a la cabeza de Michael Temer y Eduardo Saboia fue designado el 5 de marzo, jefe de gabinete del Ministro de Relaciones Exteriores de Brasil.