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El viceministro de la Micro y Pequeña Empresa, Saturnín Ramos, afirmó hoy que el Gobierno busca «dignificar» el aparato productivo boliviano en conjunto con los vendedores de ropa usada, además de generar nuevas fuentes de empleo y microempresas.

«La actividad industrial textil y de confecciones en Bolivia, luego de las crisis a finales de los noventas, continua emergente y se constituye en un complejo productivo importante para la generación de empleo, por tanto, es necesario el generar de manera conjunta entre el gobierno y los sectores involucrados un plan virtuoso de potenciamiento y desarrollo microempresarial, dignificando el aparato productivo soberano para el beneficio de todos los bolivianos en su conjunto», dijo.

De acuerdo con Ramos, actualmente el comercio de la ropa usada se ha incrementado en los últimos años, el volumen de ventas es superior a las 120.000 toneladas anuales y genera un movimiento económico de 210 millones de dólares cada año.

El impacto en el empleo para el último quinquenio alcanza a 26.147 que son nuevos empleos que podrían haberse generado, subrayó.

El comercio de ropa usada se remonta a principios de los años 80, las políticas de relocalización, el libre mercado y la desregularización hicieron que mucha gente se dedique al comercio, entre estos se establecieron los importadores y vendedores de esa mercancía proveniente de Estados Unidos y Europa.

Según Ramos, entre 1990 y 1995 el volumen importado alcanzó a 8.000 toneladas anuales, la mercancía es trasladada por barcos a través del océano Pacifico, almacenada en terminales portuarias de Arica e Iquique, posteriormente es internada hacia Bolivia vía contrabando.

Entre el 2000 al 2005, el volumen de internación de ropa usada vía contrabando alcanzó un promedio de 60.000 toneladas anuales.

La importación de ropa usada está prohibida desde el 1 de abril de 2008, según el Decreto Supremo 28761, pero la mercancía sigue entrando de contrabando; en tanto que la venta fue impedida desde el 1 de abril de 2009, según el Decreto 29521.

En estos últimos años, el flujo de importaciones ilegales de ropa usada encuentra mecanismos para su comercialización sin restricciones en las ferias populares del país, por esto, se ha planteado un proyecto de ley que establece una delegación a los municipios para la tarea de controlar la comercialización de ropa usada.

No obstante, el Gobierno y miembros de la Comisión Nacional de Defensa de la Ropa y Prendería a Medio Uso acordaron a principios de esta semana conformar dos mesas de trabajo para reevaluar los aspectos que hicieron fracasar el denominado ‘plan de conversión’ creado en 2007 para que el sector deje de comercializar mercadería usada.

El ministro de Desarrollo Productivo, Eugenio Rojas, explicó que se abrió un plazo de 30 días para reevaluar el ‘plan de conversión’ y otro periodo de 60 días adicionales orientados a trabajar propuestas que mejoren ese programa.