Mercedes Bluske y Jesús Vargas Villena
(Verdadcontinta-abril/2017) Tres años de trabajo, miles de desafíos y cientos de horas sin dormir, dieron como resultado el primer proyecto transmedia de Bolivia y es “hecho en Tarija”.
Dos tazas de café y una grabadora son parte de la decoración del escenario improvisado para la entrevista, en el living de Grupo ID Producciones. Atrás, en la vitrina de la sala, están exhibidos los múltiples galardones obtenidos por la empresa y por Fernando Martínez Arnold.
Mirando atrás, el mundo de las “historias”, como lo llama Fernando, parece haber estado hecho para él desde siempre, aunque en su niñez su vocación parecía inclinarse por lo religioso.
“Te puedo decir con seguridad que de niño quería ser pastor evangélico o algo así, pero dos años antes en el cole ya sabía que quería ser comunicador”, dice entre risas, contagiando positivismo.
Su ingreso en el mundo audiovisual fue tan repentino como su determinación de estudiar la Carrera de Comunicación Social. Fernando empezó trabajando como diseñador gráfico en la primera película tarijeña “Espíritus Independientes” de Gustavo Castellanos Echazu, y desde ahí, su carrera se fue inclinando hacia el mundo de las cámaras.
Sin embargo, Fernando confiesa que cuando aún era universitario, quería ser periodista. “Yo quería nacer y morir cada día con mi noticia”.
Pero la vida tenía otros planes para él, y éstos no incluían pluma y papel, sino más bien una cámara y un trípode. Fue ahí cuando junto a su socio Rodrigo Soruco, decidió crear el Grupo ID, una empresa que más allá de dedicarse a la comunicación, marketing, campañas políticas o videos, se especializa en contar historias. “Lo mío es contar historias”, dice Fernando una y otra vez.
Pese a que su familia no estaba de acuerdo con que fuera comunicador, Fernando demostró a lo largo de los años que no sería “uno más del montón”, como todos le decían. En el mundo de las historias, él decidió que la suya sería única.
Aunque ama su profesión y el trabajo en Grupo ID, Martínez confiesa que ser profesor es su otra pasión. “Quisiera que esto crezca lo suficiente como para poder dedicarme a dar clases”. “Si pudiera vivir de eso”, continúa, lo haría, ¡me encanta!
Para él, la docencia es una oportunidad para conectarte con la gente y decirles: “¿Tienes sueños?, Metele”, pues un profesor tiene la capacidad de dar las herramientas e inspiración para que sus alumnos cumplan sus sueños, tal como los cumplió él.
En lo personal, sus metas y prioridades son tan claras como en lo profesional. Sus dos hijas y su esposa están sobre todas las cosas. Su esposa es quien lo motiva a cumplir sus sueños y quien lo levanta cuando tiene un fracaso. “Ellas son mi mayor prioridad como persona”.
Un sueño cumplido en el valle
El Valle de los Sueños, aquella idea que comenzó como una serie de televisión, pronto se convirtió en el primer transmedia de Bolivia y en la materialización de un gran proyecto para su director, Fernando.
El Cielo y el Árbol, el cortometraje ganador de la estatuilla de bronce en el Premio Eduardo Abaroa el pasado 23 de marzo, es sólo uno de los eslabones que conforman la cadena de este complejo producto.
“Hemos creado un proyecto que ha sido muy ambicioso y reflexionado durante mucho tiempo”, continúa Fernando, indicando que desde el 2014 empezó a pensar en historias locales que puedan reflejar la forma de ser de Tarija y las cosas con las que “hemos crecido”.
Reflejar la manera en la que veían al mundo en el pasado, y cómo lo ven ahora, era la razón de ser del proyecto. Por otra parte, querían mostrar las historias de las personas importantes en su vida, los padres, abuelos y amigos. “De hecho este corto está dedicado a mi abuelo y a don Carlos Torri, dos personas que me marcaron mucho”, dice con profundo sentimiento.
Siguiendo aquella meta que se habían trazado, el equipo de Fernando construyó la historia de cada uno de los personajes antes de comenzar con el guion. Fue ahí cuando llegaron a la conclusión de que el proyecto era demasiado grande, como para ser sólo una serie de televisión.
“No ha sido que nos hemos despertado y hemos dicho ¡hagamos transmedia!, sino que la historia se volvió muy compleja y ahí definimos qué haríamos”.
El transmedia está compuesto por cinco productos presentados en cinco formatos diferentes. Un cortometraje, una web serie, una serie de televisión, un comic y un video juego.
Aunque estos cinco productos cuentan historias diferentes, juntos, hacen parte de un mismo todo. Las vidas de los personajes se van conectando y entrelazando en cada uno de los formatos, para contar un relato más grande.
“Si alguien tiene la misma locura que nosotros y ve todos los productos, se va a crear un universo y va a poder relacionar a los personajes en otros escenarios y cargarlos de valor en sus experiencias de vida” asegura el director.
Vivir del arte o morir en el intento
El desafío de ser artista y emprendedor en un medio poco consumidor del arte, sin duda alguna es un obstáculo para todos aquellos jóvenes que al igual que Fernando, buscan cumplir su sueño y sacar a Tarija del anonimato.
Los desafíos son muchos, principalmente económicos. Hacer una recreación de la Tarija de antaño podría tener un costo muy elevado; por esta razón, el equipo de Fernando decidió contar la vida en el pasado a través de un comic. La creatividad en este mundo, es regla básica de supervivencia.
Fernando asegura que el único apoyo que recibieron para la realización de este primer transmedia de Bolivia, fue de parte de Alfonso “Pica” Lema, cuando fungía como subgobernador de la provincia Cercado.
“No hay apoyo en Tarija para este tipo de proyectos”, lamenta Martínez.
Pero, la falta de apoyo no es un impedimento para este soñador, pues anunció a Verdad con Tinta que ya está trabajando en la sexta pieza que formará parte de este transmedia, la cual estará formada por cuentos locales.
“Sigo pensando que este proyecto pueda crecer cada año con algo nuevo”, concluye Fernando.