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Estados Unidos advirtió hoy que la decisión final sobre la retirada de Venezuela de la OEA corresponderá al sucesor del presidente Nicolás Maduro, y dijo que le gustaría que el país caribeño permaneciera en la organización, pero «sólo» si cumple los «estándares» democráticos de esta.

«La declaración que hizo ayer la ministra de Exteriores (de Venezuela, Delcy Rodríguez) no tiene un efecto real inmediato ni práctico, porque retirarse de la Organización de Estados Americanos (OEA) puede llevar hasta dos años», dijo a los periodistas el portavoz del Departamento de Estado Mark Toner.

«Eso se extendería hasta después del final del mandato del presidente Maduro, y la decisión sólo podría convertirse en definitiva si lo decide su sucesor», agregó Toner en referencia a las elecciones presidenciales previstas en Venezuela para 2018.

Mientras tanto, continuó el vocero, Venezuela «seguirá siendo un miembro completo de la OEA» y debería cumplir con los «estándares» contemplados en la carta fundacional de la institución, incluido «el respeto por las normas y prácticas democráticas».

«Nos preocupa (el anuncio de retirada) porque creemos que la OEA puede tener una influencia constructiva en Venezuela, en Maduro, en el gobierno venezolano, en el sentido de urgirles a respetar su propia Constitución y a cumplir sus compromisos democráticos con todo su pueblo», indicó Toner.

«Esto no es algo que vaya a ocurrir de la noche a la mañana, así que todavía creemos que se puede influir sobre esa decisión» de retirarse de la OEA, añadió.

Poco antes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se había referido a las tensiones con Venezuela desde el Despacho Oval, donde se reunió con el presidente argentino, Mauricio Macri. «Venezuela es un desastre», aseguró Trump.

«Estoy muy triste por Venezuela, estoy muy triste de ver lo que ha ocurrido en Venezuela. La de Venezuela es una situación muy triste», agregó el mandatario, sin entrar en detalles sobre la decisión de salir de la OEA.

La canciller venezolana anunció ayer que su país quiere irse de la OEA. Lo hizo instantes después de que la organización decidiera convocar el miércoles a los cancilleres que la conforman para que analicen la crisis en la nación caribeña, escenario de protestas callejeras, brutalmente reprimidas por el régimen, que han dejado 29 muertos y más de 437 heridos.

Caracas alega la injerencia, a través de la OEA, de un grupo de países encabezados por Estados Unidos en sus asuntos internos para derrocar al régimen militar de Maduro. Las quejas venezolanas arreciaron desde que el organismo adoptó una resolución a comienzos de mes que denunciaba una «grave alteración inconstitucional del orden democrático» en el país, después que el Tribunal Supremo asumiera las competencias legislativas de la Asamblea Nacional, el único poder controlado por la oposición.