Ya lo habíamos anticipado, que José Quecaña sería la máxima autoridad ejecutiva de la región autónoma del Gran Chaco, la votación en la asamblea regional fue contundente, 8 de 9 votos, las tendencias se definen con claridad y si bien es un día histórico para esta provincia, lo es también para todo el Departamento de Tarija. El discurso de Quecaña en su posesión no fue de confrontación, por el contrario, pero lo que no se puede dejar de leer es que el «nosotros» y el «ellos» fue parte de su lenguaje, como si no fuéramos tarijeños todos, eso es lo que debe preocuparnos, que esos términos no sólo se usen de manera meramente enunciativa y si se lo haga en la práctica a partir de hoy.
Lo que esta pasando lo buscaron actores políticos chaqueños como Wilman Cardozo, abanderado del 45% y de la autonomía regional, sólo que la forma en la que se eligió a Quecaña no es la que esperaba o la que hoy conviene. Habrá que esperar hasta la próxima elección para que en las urnas se defina el nombre de quien sea la nueva autoridad legítima, mientras tanto a la actual es una ley la que la sostiene. Sin duda, Cardozo sabe que debe tener más paciencia para leer los momentos políticos y dar el paso correcto el momento adecuado, eso lo llevará a convertirse en quien mande en el Chaco por decisión popular, ya fue parlamentario nacional, es legislador departamental, quiso ser alcalde y ahora se le abre el camino que él mismo trabajó para ser la máxima autoridad de esta región… pero aún tendrá que esperar.
Debemos estar atentos al primer encuentro entre Adrián Oliva y José Quecaña, algunos la ven como una especie de cumbre entre el gobernador del Departamento y quien es otro cuasi gobernador dentro de ese mismo Departamento, de hecho el escenario cambió sustancialmente a pesar de la legitimad de Oliva y de la que no goza Quecaña, una nueva autoridad que tiene atribuciones muy parecidas a las del Gobernador legal y legítimo de Tarija, una especie de contradicción en la excepción que seguro generará muchos problemas antes que después.