GABRIELA FLORES/BOLINFO/TARIJA
(elPeriódico – abril 11/2017) Los ingresos económicos en las empresas de radiodifusión son cada vez menores, por lo que la digitalización, obligada por medio de una nueva ley, puede ser un duro golpe para la mayoría de estos medios que se mantienen con las cuotas de programas independientes que viven de pequeñas publicidades, por lo menos, esa realidad refieren quienes más conocen de este tipo de empresas, los radialistas.
Desde la primera transmisión de radio, en 1906, hasta hoy, el mundo ha cambiado. Frente a tantos procesos históricos, la radio ha comprobado su dinamismo e importancia a lo largo de más de cien años de existencia.
Tarija no ha quedado atrás en el proceso histórico de la comunicación con más de 10 radios existentes, considerando que se mantiene a la cabeza de la divulgación de la información en toda la ciudad, especialmente en el área rural.
El director de la radio Onda Tarijeña, Lorenzo Palala, un radialista con años de experiencia, expresó que la evolución tecnológica fue fundamental en el desarrollo de la radio y en la cantidad de personas que trabajan en ella.
“Ponernos a pensar allá por el 80, nos poníamos a grabar en cinta abierta, o manejar una grabadora hasta casi tres cuartos de kilo, realmente era inimaginable pensar en ese momento que hoy, con un simple –teléfono- celular puedas hacer una nota, antes hasta debías tener cierta preparación física para poner la grabadora estirando el brazo, hoy por hoy, la tecnología ha evolucionado demasiado”, añadió Palala.
En este sentido, expresó que la nueva ley de telecomunicaciones propone la digitalización, que según el profesional, sería “lapidaria” para los radialistas en la ciudad, pues la realidad económica es inestable para las empresas que invierten en dichos medios.
Por otra parte, Palala indicó que aún no se siente la digitalización a través de las redes sociales en la ciudad de Tarija, porque en los barrios alejados siguen escuchando radio y sobretodo, las personas mayores de 60 años.
“Hay gente que le agrada los formatos anteriores. Por ejemplo, de no desesperarnos por hacer una nota de radio de solo un minuto. La gente reclama porque quiere escuchar al entrevistado”.
“Ni siquiera, quien ha entrevistado podrá recapitular lo que ha pasado en una media hora, martilleas tanto a la gente con información que a la vez estás desinformando”, añadió Palala.
A su vez, Palala expresó que con estos cambios “tan bruscos” que ocurren con el boom de las nuevas tecnologías, no están cumpliendo con la finalidad principal que tiene la radio como medio de comunicación.
“No educas, porque para educar tienes que reflexionar”, acotó el radialista. Explicó que permanentemente sacan publicidades que son falsas, mentirosas y no se apegan al Código de Ética de dar información.
“No podemos educar tampoco, porque para educar tiene que utilizar ciertos mecanismos que de verdad te permitan si quiera golpear nuestra inteligencia y hacernos reflexionar y dar un pie para seguir investigando”, expresó el profesional.
Por otra parte, el periodista radial Walter Tintaya, expresó que ya son 36 años que trabaja siendo radialista en la ciudad de Tarija, también expresó que el aspecto técnico cambio al pasar los años, indicando que ahora una sola persona puede ejercer funciones dentro de lo que es la radio.
“Antes era todo un equipo, el locutor no podía estar manejando la grabadora al mismo tiempo que la consola, el teléfono entre otros, necesariamente tenía que existir un operador y el locutor o periodista en la otra cabina”.
Tintaya reconoció que redujo el trabajo, pero también murió una parte del arte de informar por este medio de comunicación.
En este sentido, expresó que en el pasado, la radioemisión era un arte para el disfrute de la sociedad como las grabaciones abiertas, el tocadiscos que era manual, entre otras actividades mejoraba la concentración del radialista.
“En el aspecto laboral, antes había mayor celo, mayor control y el trabajador se capacitaba, porque no había venta de espacios”. Explicó que el dueño era el encargado de pagar los sueldos a sus trabajadores y éstos tenían que estar capacitados para encarar el puesto.
Es más fácil hacer radio o televisión comprando el espacio, lo que descalifica el trabajo de “tanta gente que ha estudiado” y se ha formado en las universidades. Según Tintaya ese trabajo improvisado “descalifica”, la verdadera labor de los periodistas.
A su vez, lamentó que la remuneración hacia los radialistas esté sujeta a lo que son las publicidades, porque a diferencia de pasados años, el profesional tiene que buscar su sueldo.
“Antes había sueldo, ahora la mayoría de los trabajadores son independientes, tienen que buscar su publicidad y la mayoría esta está condicionada”.
La publicidad institucional en estas regiones afecta la libertad de información, o de expresión de los trabajadores de prensa, porque hay autoridades que como condicionante piden no tocar determinados temas y expandir otros.
“Antes se ganaba mejor, el trabajador tenía mejores condiciones de vida, si sus derechos sociales se veían afectados, hoy estamos peor”, aseguró Tintaya.