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PABLO ZENTENO/e&e/BOLINFO

Por factores que van desde la fuerte recesión económica hasta el imaginario nacional, que sigue considerando a esta ciudad como la “Dubai del país”, lo cual genera un elevadísimo costo de viviendas y terrenos, además de otros servicios, Tarija recibe al Bicentenario de la Batalla de la Tablada, a celebrarse este próximo sábado 15 de abril, como la ciudad más inflacionaria del país, con un crecimiento de su Índice de Precios al Consumidor, IPC, del 6,69% en los últimos doce meses.

Según la tabla elaborada por este medio de comunicación, en base a la información que proporciona el Instituto Nacional de Estadística, INE, Tarija es la ciudad más inflacionaria del país en los últimos doce meses, lo cual quedó ratificado en marzo de 2017, cuando presentó una inflación del 0,41%, si bien no tan significativo como el alcanzado en anteriores meses, pero si el más elevado del país, donde en promedio se alcanzó el 0,01%.

En cuanto a las razones por las cuales se mantiene este panorama, que en realidad se arrastra desde mayo del 2016, cuando se registró un incremento del IPC del 6,59%, durante el mes de marzo de 2017, nuevamente se observa que los productos y servicios que inciden en mayor medida en estos números, son el tomate, el servicio de transporte en taxi, la zanahoria, el alquiler de la vivienda, la lechuga y el almuerzo consumido fuera del hogar.

ULTIMO AÑO

Volviendo a los resultados registrados en los últimos doce meses, nuevamente debemos hablar de los productos que tienen fluctuaciones muy importantes, como las verduras y la papa, fruto de las complicaciones que se presentaron por la sequía que afecta a la zona alta del Departamento, pero también es notable que se mantengan vigentes temas como el servicio de transporte en taxi y el alquiler de vivienda, más aún en un momento en el que la falta de circulante en la región es por demás apremiante, como resultado de la crisis que se vive.

Lo que es por demás evidente, a partir de estos números, es que Tarija no vive una situación económica similar a la de las demás grandes capitales del país, su realidad es otra, tal vez como resultados de un proceso que se inició con el boom hidrocarburífero, y que generó la equivocada idea de que en esta ciudad se movía muchos recursos, pero que está claro que ello no hizo más que encarecer el nivel de vida y generar un efecto boomerang que se va acentuando en el tiempo, hasta llegar a este abril de 2017, donde recibimos el Bicentenario de la Batalla de La Tablada, en un panorama económico más que complicado y, tal vez lo más preocupante, sin síntoma alguno de mejorar en el corto o mediano plazo.