Noticias El Periódico Tarija

Nayú Alé de Leyton

La oración es comunicarse con Dios, es el privilegio de poder hablarle al Señor con amor y confianza de hijos.

El padre Antonio Vidales nos dice: “Jesús ora en los momentos más significativos de su vida y es bueno orar con Él recordando sus oraciones, pero no solo leyéndolas, sino pasándolas por el corazón; dado que en latín la palabra “cor” significa corazón, por eso re-cor-dar es evocar con el corazón, no solo con la mente.

Otra orientación nos la da el padre Orlando Yorico en su libro “Tanteando Pactos de Amor” en el que dice: “Tenemos que animarnos a creer que aquello en donde sentimos lo profundo de la vida, aquello que nos hace descansar por dentro, eso es oración”.

Para orar debemos mirar al modelo, al Cristo orante de intensa y constante oración; por eso nos enseñó la oración del Padre Nuestro; hoy quiero presentarles el Padre Nuestro de Dios, escrito por J.L. Martín Descalzo:

El Padre Nuestro de Dios
Hijo mío que estás en la tierra,
preocupado, solitario y tentado.

Yo conozco perfectamente tu nombre,
y lo pronuncio como santificándolo, porque te amo.

No, no estás solo, sino habitado por Mí,
y juntos construiremos este Reino
del que tú vas a ser el heredero.

Me gusta que hagas mi voluntad,
porque mi voluntad es que tú seas feliz.

Ya que la gloria de Dios es el hombre viviente.

Cuenta siempre conmigo,
y tendrás el pan para hoy, no te preocupes;
sólo te pido que sepas compartirlo con tus hermanos.

Sabes que perdono todas tus ofensas,
antes incluso de que las cometas;
por eso te pido que hagas lo mismo
con los que a ti te ofenden.

Y para que nunca caigas en la tentación,
agárrate fuerte de mi mano,
y yo te libraré del mal,
pobre y querido hijo mío.