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(VerdadConTinta/29-03-17)

Hace aproximadamente 10 millones de años una nueva especie apareció sobre la faz de la tierra, causando temor, incluso a los más grandes y feroces animales de aquella era, como los mastodontes. Este mamífero era tan temible, que fue uno de los pocos que sobrevivió y cuya especie, pudo evolucionar hasta hoy. El depredador por excelencia, es el hombre.

Gracias a sus habilidades, el hombre no sólo logró sobrevivir coexistiendo con animales de dimensiones inimaginables, sino que incluso, se presume que fue el responsable de la extinción de cientos de especies.

Sin embargo, este hecho no debe parecer sorprendente, pues inclusive hoy, en pleno siglo XXI el hombre es el principal causante de la desaparición de cientos de especies de flora y fauna.

Al margen de las especies vivientes que ya no existen por el accionar de la mano del hombre, piezas históricas, como fósiles de animales que habitaron el planeta hace millones de años, también están siendo devastados por su mano.

En Tarija, los ricos yacimientos arqueológicos, al margen de sufrir las inclemencias del tiempo por una inexistente política de preservación, están desapareciendo a causa de aquellas personas que buscan llevarse un “huesito” a modo de suvenir.

“En la medida en que esto se difunde, la gente viene a ver y depreda más, por eso nosotros no lo promocionamos como un atractivo, porque no está protegido. Quienes difunden son las operadoras turísticas”, reconoció el entonces secretario ejecutivo del Gobierno Municipal de Uriondo, Miguel Navajas Alandia, respecto a los problemas que enfrentan en los ricos terrenos arqueológicos de la zona.

Con una pintoresca vista a la plaza de El Valle de la Concepción, Navajas explicó que en Tarija existen dos tipos de depredadores: el turista y el experto. A diferencia del primero, el segundo es mucho más peligroso.

Desde su perspectiva, el depredador turista es aquel que, aprovechando la distracción del guía, se mete al bolsillo una pequeña pieza. Aunque su accionar es igual negativo y la pieza probablemente termine en un cesto de basura, un par de meses después, su impacto no tiene tanto alcance.

Sin embargo, el depredador experto es más peligroso, porque roba piezas conociendo el valor histórico y económico que tienen las mismas y, en el afán de seguir ganando unos miles de dólares, de manera inescrupulosa, saquea valiosos restos arqueológicas que se encuentran en la intemperie, en áreas que lamentablemente no están protegidas, ni vigiladas.

Navajas reveló que en Tarija hay identificados unos dos o tres depredadores “expertos” que incluso llegaron hasta la zona de Chaguaya, por el río Camacho, con el afán de llevarse los fósiles que encontraran en el camino.

Entre locales y extranjeros, estos expertos, conocedores del valor de los huesos, habrían abierto un importante mercado ilegal con países asiáticos, saqueando así el patrimonio local y nacional.

La explotación fosilífera en Tarija es una realidad, existiendo grupos de expertos que comercializan los huesos encontrados en diferentes zonas del valle central tarijeño, con mercados que esperan ansiosos en Asia, mientras las autoridades no manejan presupuesto alguno para políticas agresivas de protección, al ser tomado como un tema de segundo orden.

Los contrabandistas, tendrían personas especializadas en paleontología que hacen el estudio de los huesos como de las zonas a explorar. Desde Uriondo, tienen conocimiento que son 2 o más expertos extranjeros que hacen los rastrillajes, apoyados por gente del lugar.

El Gobierno Municipal de Uriondo tiene un proyecto de preservación y explotación turística de una de sus zonas más ricas en fósiles, pero pocas son las empresas que se presentaron a la licitación para hacer el estudio Técnico Económico Social Ambiental TESA.

Con dicho estudio espera obtener las contrapartes de la Gobernación como el Gobierno Nacional para ejecutarlo, siendo ésta una de las opciones a dar pelea al contrabando de huesos del valle central a los museos privados de Japón o China.