IGOR GUZMÁN/BOLINFO/TARIJA
(elPeriódico, marzo 26/2017) La noche del 23 de marzo, a las 22.30, quedará guardada para siempre en la memoria de la familia Párraga, ya que fue el día y la hora en que perdieron su vivienda, a causa de las lluvias. El lodo y los escombros arrasaron con el precario inmueble en el cual se cobijaban, e incluso dejó a ocho menores de edad heridos, dos de ellos de gravedad, ya que fueron sepultados por la mazamorra.
Reynaldina Párraga, de 16 años, sobrevivió al desastre junto a sus siete. Todos quedaron cubiertos por calaminas, escombros y barro, a causa de la lluvia que se desató durante la noche del jueves. Sus padres fueron los únicos que salieron ilesos de la tragedia, ya que salieron del inmueble antes de que el alud destruya su casa.
“Estábamos durmiendo, mi padre llegó de su trabajo, también mi madre. Ya estaba lloviendo fuerte; cuando eran las 10 empezó a caerse (la infraestructura). Mi hermana gritó: ‘¡La casa se va a caer, salgan todos!’. Mis papás salieron, pero nosotros no, Mi papá tomó un pico, mi mamá una pala, y nos rescataron rápido, ya que adentro no podíamos respirar”, contó uno de los chicos.
Reynaldina relató cómo fue salvada por su hermana, de 14 años, quien evitó con su cuerpo que un listón de madera la golpee. Asimismo, un tronco pegó en la cabeza de su hermano, de ocho años. A consecuencia de la lesión, el pequeño sufrió un Traumatismo Encéfalo Craneano (TEC).
En medio de la lluvia y el barro, el papá de los chiquillos corrió a pedir ayuda a los pocos vecinos de la zona. Después de recibir la alerta fueron ellos quienes llegaron a prestar ayuda por la quebrada convertida en un lodazal. Para dar parte a los efectivos del orden tuvieron que atravesar por un sendero resbaladizo, hasta llegar a la carretera, donde los bomberos esperaban para socorrer a los damnificados.
Después, en una ambulancia, llevaron a la muchacha 14 años y al niño, de ocho, hasta el hospital San Juan de Dios, en compañía de sus padres. En tanto que la mayor de los hermanos se quedó en el lugar de la tragedia, para cuidar a los más pequeños; juntos esperaron el amanecer a la intemperie, mientras eran acompañados por los bomberos.
En el nosocomio, los médicos recomendaron realizarle una tomografía al niño, y otro tipo de atenciones médicas para la adolescente. A esas alturas, las atenciones comenzaron a sumar una cuenta muy costosa, por los exámenes y las medicinas, de manera que desde el centro hospitalario los padres ya pedían la colaboración de la población.
“Pedimos, por favor, que nos ayuden, no tenemos nada, mi papá solo gana para la comida, después para nada nos alcanza. Pido, por favor, que ayuden a mis hermanitos, las autoridades, porque están mal, y eso me preocupa mucho”, manifestó Reynaldina.
Apelan a la solidaridad de las autoridades
(elPeriódico, marzo 26/2017) Los bomberos de la Policía Boliviana, por medio de los medios de comunicación, piden que la población pueda ayudar a esta familia, que perdió su ropa, alimentos, sus camas e incluso sus útiles escolares. Los oficiales apelaron a la solidaridad de las autoridades, para cooperar con vituallas y materiales para reconstruir su vivienda.
“Se trata de una familia de 10 integrantes, que vivía en esta vivienda precaria. Ahora ellos necesitan todo el apoyo necesario de la gente de Tarija. Nosotros les hemos traído algo para que compartan, ya que no desayunaron”, dijo uno de los uniformados.
Para finalizar, indicó que, como bomberos, organizarán una campaña de apoyo, por lo que las personas que quieran hacer un donativo pueden acudir a la Estación de la Unidad de Bomberos, ubicada en la EPI del barrio Lourdes. En ese sitio, los oficiales recibirán toda la ayuda posible para la familia Párraga.