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Durante su retiro en su propiedad denominada “El Salvador”, alejado de la actividad militar y política, Campero tomó conocimiento de la invasión chilena al litoral boliviano. El experimentado General conmovido profundamente por este hecho se dirigió al Gobierno presidido por Hilarión Daza señalando: “Si mis servicios son necesarios, estoy listo para ocupar la plaza que se me indique. Pido se me conceda el derecho de defender a mi patria como soldado”. Daza, agradeció su patriotismo y le encomendó organizar la “Quinta División” del Ejercito debiendo trasladarse de manera inmediata a Potosí. En esa ciudad fundó el “Club Patriótico” que cumplió altos fines, destacándose entre sus miembros las personalidades de Calvimonte, Fernández Alonso, Omiste, Jordán y otros.

Se formaron los Batallones “Bustillos” y “Ayacucho” que fueron trasladados a Tupiza, centro designado Cuartel General de las fuerzas del sud. En realidad, era propósito del Gobierno alejar a Campero del centro de actividades políticas y militares, por temores y susceptibilidades de carácter personal. El Gobierno de Daza pretendía el fracaso del Gral. Campero. En Tupiza, Campero formó una columna de voluntarios compuesta por bolivianos residentes en Salta, Jujuy y Tucumán, que vinieron armados y equipados al mando del Mayor Don Luis Gelabert de nacionalidad Uruguaya. Esta columna tomó el nombre de “La Columna Guías”.

Estaban también en Tupiza fuerzas organizadas patrióticamente en Tarija que eran los “Granaderos de Tarija”, con 500 plazas, “Rifleros” comandadas por el Dr. Eudal Valdéz y el “Escuadrón Méndez”, al mando del Cnl. Justo Villegas con un efectivo de 250 hombres cada uno. El Cnl. Exequiel Apodaca, comandaba todas esas unidades militares. La “Quinta División”, despreciada en extremo por el Gobierno de Daza por las circunstancias señaladas, salió de Cotagaita rumbo a San Cristóbal de Lípez, después de algunos meses de pérdida de tiempo y en espera de recursos que debía remitir el Gobierno. Sufrió las mayores inclemencias, falta de alimentos, vestuarios, etc. La ayuda efectiva que le prestó la “Compañía Huanchaca” fue salvadora. Esta organización particular le proporcionó víveres y dinero, con lo que la División pudo ingresar a la zona de guerra. En pleno desierto de Atacama, las fuerzas de Campero caminaban extenuadas. “Se supo que en Atacama – dice Ramallo – existía una buena brigada de mulas del ejército chileno custodiada por solo veinte hombres”. Campero destacó a los francotiradores a su mando para tomar las recuas. Carrasco, lejos de seguir las instrucciones, marchó por otros caminos extraviándose junto a sus hombres, tomó el camino real y se dirigió al caserío de Tambillos. El Jefe militar del ejército chileno al conocer esa situación, destacó a tres escuadrones de caballería, dándose lugar a un combate en el cual la “Quinta División” destruyó al Segundo Escuadrón Chileno. Esa acción fue la entrada gloriosa de Campero en la guerra del Pacifico.

Llegó la División a Tomavi, donde el Gral. Campero recibió una carta del Gral. Buendía, que le comunicaba pase con premura al Litoral, donde su presencia era indispensable. En Salinas de Garcí Mendoza, tuvo aviso del desastre de San Francisco y de la victoria de Tarapacá, así como de la retirada del Gral. Buendía a Tacna. Allí recibió órdenes del Gral. Daza de regresar a Calama, más de 200 leguas de retroceso, y cuando se aprestaba a verificar esta retirada, fue llamado por el Capitán General a su residencia de Tacna.

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V División del Ejército de Bolivia. Guerra del Pacifico. 1879

A insinuación del gobierno peruano para ponerse a la cabeza de las fuerzas aliadas (Perú y Bolivia), salió Campero con dirección a Tacna, donde el Ejército lo recibió con muestras de cariño y expresiones de fe para dirigir las fuerzas aliadas contra el enemigo.

El Gobierno del Perú complacido de la preparación militar del Gral. Narciso Campero, lo reconoció en el alto grado de “General de Brigada del Ejército del Perú”, mandando prestarle todos los honores y distinciones a su cargo e investidura. Narciso Campero nació en la hacienda de Tojo, el 28 de octubre de 1813, perteneciente al partido de Concepción, actual Cantón de la provincia Avilés. Departamento de Tarija. Sus padres fueron Felipe Campero, hermano del Marqués de Tojo, Dn. Juan José Feliciano Campero y dona Felicia Leyes, que falleció el 30 de octubre de 1813. Como efecto de la muerte de su madre, fue llevado por doña Isabel Galeán a la casa del Mayordomo de la hacienda de don José Manuel Almaráz, donde lo amantó la moza Pilar Galeán, llevándolo posteriormente a la quebrada de Marquiza.

Fue bautizado en Tojo por el cura Elías Villada. Aprendió las primeras letras en el pueblo de Livi Livi, frente a la comunidad de Tojo, en base a la cartilla cristiana. El año 1824 su padre lo envió a Chuquisaca para que estudie en el colegio de San Cristóbal. El 12 de mayo de 1837 obtuvo el título de Abogado en la Universidad Real y Pontificia San Francisco Xavier de Chuquisaca.

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Guerra del Pacifico, 1879 Batalla de Canchas Blancas.

Abrazó la carrera de las armas e inició su carrera militar en la Batalla de Ingavi en 1841 y posteriormente realizó estudios en la Academia Militar Francesa de Saint Cyr, mientras se desempeñaba como Secretario de la legación boliviana en Francia. Regresó a Bolivia, ingresó a la vida política como partidario de José María de Achá Valiente, pero a la caída de éste fue desterrado a Chile y la Argentina. Posteriormente se convertiría en hombre confianza del caudillo Mariano Melgarejo. En 1872 a los 59 años de edad contrajo matrimonio con doña Lindaura Anzoategui. Campero falleció en Sucre el 11 de diciembre de 1896, fue un militar y político boliviano y Presidente de la República entre diciembre de 1879 y 1884.

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Confrontación bélica. Guerra el Pacifico. 1978.