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Hay buenas tramas, pero presentan problemas técnicos

Mercedes Bluske y Jesús Vargas Villena

Las complejas legislaciones de los países latinoamericanos como Bolivia, complementadas a la falta de apoyo,  impiden una mejor producción en el cine

(Verdadcontinta- 19 de marzo/2017) El cine boliviano ha tenido buenas experiencias como  Jonás y la Ballena Rosada de Juan Carlos Valdivia, Cuestión de Fe de Marcos Loayza, Los Andes no Creen en Dios de Antonio Eguino  y American Visa de Valdivia, aunque estos clásicos  lograron trascender con el pasar de los años, pocos son los films  que  sobresalen a nivel nacional y peor aún, en el plano internacional.

Mabel Barba Pereyra, directora artística de la película ganadora del premio Oscar, Moonlight, da su visión sobre el cine boliviano y latinoamericano en general.

Para Barba, los detalles hacen la diferencia entre un gran éxito o un gran fracaso. Su trabajo en la parte técnica de los films busca eso. Perfección en los detalles.

“He visto muy poco, pero lo que no me gusta desde el punto de vista del departamento de arte, y que siempre  critico, es el punto de detalle que le falta”

Uno de los rasgos que la profesional resalta, es el “aging”, que en español se traduce como envejecimiento. El envejecimiento es un trabajo netamente artístico. Es el arte de darles a las cosas la vejez o uso que les atribuye la escena o el guion.

A modo de ejemplo, Mabel narra una de las escenas de la famosa serie colombiana, El Patrón del Mal. En esta escena de la serie basada en la vida del narcotraficante Pablo Escobar Gaviria, el capo del cartel de Medellín, junto con su primo, deciden hacer un viaje en auto a Venezuela para entregar su mercancía.

“Todas las tomas de los carros son divinas, pero no tienen ni un poquito de barro después de semejante viaje. No hay ni polvo. Está tan brillante, que eso me quita rápidamente de la historia”, dice Barba.

‘El Patrón del Mal’ fue una de las series más vistas en Latinoamérica, pero eso no la exime de los errores en los detalles.

“La audiencia regular tal vez no lo nota, pero el inconsciente sí. Uno está tan acostumbrado a ver los autos sucios,  o por lo menos las llantas cuando hace viajes largos, que es inevitable”.

Desde su experiencia de trabajo en el mundo de Hollywood, Mabel cuenta que cuando construyen sets para el rodaje de series o películas, todo tiene la apariencia de ser muy nuevo. Por esta razón, otro de los trabajos del departamento de arte, aparte de construirlo, es darle la apariencia de usado.

En un piloto que trabajó para la cadena de televisión ABC, Barba cuenta que construyeron un set  nuevo. Pero tras finalizar la construcción, la persona que trabaja en escénica, “le estaba dando con una cadena al piso para quitarle esa perfección de recién hecho. Para darle ese realismo de cuánto tiempo ha estado abierto y cuánta gente lo ha caminado”.

Otro de los impedimentos para que el cine latinoamericano llegue más allá de sus fronteras, tiene que ver con aspectos legales.

“Uno tiene que seguir leyes respecto a cuántas veces se puede ver el producto Coca Cola dentro de la película, por ejemplo”.

“Se ven películas tan lindas”, continúa Barba, pero que de pronto te muestran unas banderas de sus patrocinadores tantas veces, que parecen más un comercial.

Hay películas que se ven impedidas de ser reproducidas en determinados cines o distribuidoras, porque la gran cantidad de problemas legales que no  pueden ser solucionados. Son complicaciones respecto a ciertas tomas en las que aparece un considerable número de veces un mismo producto.  “Ahí entra también el departamento de arte, para poner las cosas en el lugar en el que deben estar”, agrega Mabel.

Sin embargo, la directora artística considera que el cine boliviano tiene potencial, pero que necesita enfocarse en los detalles, que son los que hacen la diferencia.

La foto:

Mabel Barba durante el rodaje de la película Baywatch.