Mercedes Bluske y Jesús Vargas Villena
(Verdadcontinta-16 de marzo/2017) Su participación como directora artística en Moonlight, el film galardonado como mejor película en los premios Oscar, marcó un antes y un después en su carrera profesional. Con sólo 28 años, esta boliviana promete seguir dejando el nombre de su país en alto.
Gracias a su destacada participación en el equipo técnico de Moonlight, el nombre de Mabel estuvo presente durante las últimas dos semanas en las páginas de la prensa nacional e internacional.
Aunque los pormenores de su vida profesional y su reciente logro son conocidos por la opinión mediática, pocos conocen los detalles de su vida personal, aquellos que reflejan verdaderamente quién es ella más allá del Oscar.
Verdad con Tinta te cuenta quién es Mabel. Su esencia.
La boliviana de 28 años, nació en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra el 31 de mayo de 1988, siendo la primogénita del matrimonio entre Miguel Ángel Barba Escalante y Gloria Mabel Pereyra.
Tras el divorcio de sus padres, cuando ella tenía 12 años, se mudó con su madre y su hermana Vanessa a Estados Unidos. “La verdad no tuve mucha opción, en aquel momento no fue como que me preguntaron y tampoco me importaba. Yo simplemente dije ‘ok’, voy a seguir a mi mamá”, cuenta sobre la experiencia de mudarse a un nuevo país, lejos de su país natal.
Sin embargo, Norte América, la denominada tierra de las oportunidades, no sólo sería el lugar en el que Mabel descubriría sus pasiones y alcanzaría el éxito, sino también, donde conocería al amor de su vida, Leandro García, con quien se casó hace un par de años.
Aún siendo niña, poco después de su llegada a Estados Unidos, Mabel cuenta que decidió hacerle un video de música a su hermana. Sus herramientas eran su vieja cámara con cinta de video, sus escasos conocimientos de edición con el mismo equipo y su hermana Vanessa, quien hacía las veces de intérprete.
“La pinté, la vestí y le hice el video”, relata recordando su niñez junto a su hermana, con quien muestra tener un vínculo muy especial.
Para sorpresa de ambas, el video casero fue un éxito. “Mi hermana presentó el video como proyecto de la escuela”, continúa Mabel, y sorprendió a todos.
Aquella fue su primera experiencia adentrándose en el mundo que hay detrás de las cámaras. Su hermana, quien en aquel entonces jugaba a ser la actriz y cantante, siguió un camino muy diferente dentro de la medicina. Por su parte, Mabel se aferró firmemente al mundo del cine para convertirlo en su vida.
Si se trata de películas, no hay forma alguna de que puede elegir una sola como “favorita”. Lo mismo sucede en el caso de las series de televisión, entre las que destaca Breaking Bad, Malcom in the Middle y The Crown. No es coincidencia que éstas series tengan un trabajo artístico y efectos especiales impactantes.
En el caso de la música sucede algo similar. Aunque su gusto es diverso, su lista de reproducción está llena de canciones de películas. La música cubana vieja tiene un lugar muy especial en su lista, y es que ese ritmo contagioso es capaz de encantar a cualquiera.
Aunque su vida como directora artística es apasionante, la cruceña asegura que en cada proyecto o película en la que participa, tiene un quiebre emocional. “Yo no soy de las que lloro en el trabajo, pero llego a mi casa y es Leandro el que me ve en esos momentos, pero luego se me pasa”.
Mas allá de los momentos duros y desafíos que debe enfrentar, el mundo del cine y de las series de televisión, le regalaron grandes alegrías. La más reciente, sin duda alguna, la premiación de Moonlight como mejor película en los Óscar.
Llevar un pedacito de su vida y de su mundo al estudio de grabación, es algo que hace muy feliz a Mabel. Según cuenta en la entrevista vía Skype con el equipo de Verdad Con Tinta, le gusta poner cosas suyas en los sets que arma o en los lugares en los que van a filmar.
Ver fotos de sus familiares o algunos de sus objetos personales en los proyectos en los que participa, no es algo del otro mundo.
“En Moonlight puse una foto de mi hermana Vanessa en la casa en la que filmábamos. De hecho, en una parte de la película se logra ver claramente”, cuenta entusiasmada. “Yo siempre pongo algo mío, usualmente fotos de mi gente”.
Mas allá de los momentos de alegría, toda profesión conlleva sacrificios. La de Mabel, tiene un costo muy alto. Estar lejos de su familia y de su país.
Sus dos hermanos paternos viven en Bolivia, al igual que su padre y su abuela. Barba asegura que pocas veces puede verlos debido a su apretada agenda laboral. Tal vez, por eso le gusta poner sus fotos en los sets de filmación, para tenerlos un poco más cerca.
La última vez que la directora artística visitó Bolivia fue en 2008, pero espera volver antes del nacimiento de su primogénita, pues actualmente tiene 5 meses de embarazo.
“La verdad no me da el tiempo de ir a Bolivia. Las pocas veces que tengo vacación es tan corta, que prefiero hacer un viaje más corto. Pero sí pienso ir antes de que nazca mi bebé y después del nacimiento también”.
Mabel no sólo extraña a personas. Como buena cruceña, hecha de menos el sabor del cuñapé, del pan casero, la carne y las salteñas.
Pese al éxito que tiene en la industria cinematográfica, Mabel demostró ser como su gusto por la comida: simple, pero que te deja con ganas de más.