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Hace unos días, la Organización Mundial de la Salud dio a conocer una lista con las 12 superbacterias más peligrosas, capaces de resistir a cualquier medicamento existente. El ente preparó el informe y lanzó una alerta por la dimensión del posible impacto. Las cifras asustan. Se prevé que para el 2050 serán la primera causa de muerte en el mundo, alcanzando a una decena de millones de víctimas.

La necesidad de hallar un antibiótico eficaz se vuelve entonces esencial. Durante muchos años se llevaron a cabo miles de investigaciones y estudios. Experimentos que en definitiva tuvieron poco éxito, o que aún transitan por la temprana fase de prueba. Ahora, la última esperanza de tratamiento radica en la sangre de una exótica especie animal, el dragón de Komodo.

La sangre del dragón podría funcionar como bactericida (Shutterstock)

La sangre del dragón podría funcionar como bactericida (Shutterstock)

De acuerdo a lo indicado en un estudio publicado en el Journal of Proteome Research, el tejido líquido del mayor lagarto del mundo tiene cualidades potenciales para tratar la resistencia a los antibióticos, ya que poseen una proteína con propiedades antimicrobianas.

El equipo de especialistas de la de la Universidad George Mason explicó que el dragón puede acumular en su boca hasta casi 60 tipos de bacterias peligrosas, que proceden aparentemente de las fuentes de agua contaminada donde suelen beber. Por la necesidad de combatir esos microbios, su organismo es capaz de generar sustancias capaces de eliminarlas.

La proteína sería producto de una reacción orgánica por los microbios ingeridos a través de la boca

La proteína sería producto de una reacción orgánica por los microbios ingeridos a través de la boca

Los componentes son básicamente péptidos, pequeños fragmentos de proteínas creadas por el propio sistema inmune de los reptiles, y que parecen defenderlos de una infección bacteriana durante semanas mientras su sistema inmune produce anticuerpos contra dicha enfermedad.

Por medio de un hidrogel especialmente desarrollado, los expertos extrajeron fragmentos de proteínas de la sangre, que a su vez sirvieron para crear otros ocho fragmentos que se probaron contra superbacterias de sumo riesgo como Pseudomonas aeruginosa, Staphylococcus aureus multirresistente y MRSA. De ellos, siete fueron capaces de matar a los microorganismos, aunque solo uno fue eficaz contra la Pseudomonas aeruginosa.