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GABRIELA FLORES/BOLINFO/TARIJA

(elPeriódico, marzo 11/2017) La realidad de los profesionales en Tarija es desalentadora, ya que son varios los factores que influyen en esta situación, como la falta de campo laborar, salarios bajos o poco competitivos y la política involucrada en los cargos vacantes, una serie de obstáculos que causan la famosa “fuga de profesionales”.

El presidente de la Federación Departamental de Profesionales, Jorge Bacotich, expresó que la escala salarial no es equilibrada en lo referentes a los profesionales en Tarija, ya que, al poner como ejemplo el salario de los funcionarios públicos que en la actualidad se desempeñan en las diferentes instituciones públicas, ganan mucho más que los profesionales que invirtieron varios años de estudio para obtener sus títulos académicos.

“En Tarija los profesionales salen del departamento porque aquí no hay fuentes de trabajo y las pocas que hay son con salarios muy bajos. El ejemplo que podemos dar es fácil de mostrar: un asambleísta gana 14 mil bolivianos y un profesional en el nivel más alto gana 4.500 bolivianos”, lamentó Bacotich.

También expresó que, si bien el campo laboral es limitado, las casas de educación superior ofertan las carreras que mayor número de profesionales tienen. “En Tarija tenemos 5.000 abogados, pero la universidad sigue ofertando esa carrera en grandes números, con grandes cantidades de paralelos, para solventar esto y al mismo tiempo la contratación de docentes. Al mismo tiempo, hay otro problema: las convocatorias en la universidad estatal no son públicas, lo que hace que los docentes no sean los mejores o los más capacitados, salvando excepciones que tenemos en Tarija como el doctor Mario Antonio Castellanos, Gonzalo Castellanos y Wálter Raña, que son muy buenos abogados. La mayoría de los abogados que están en la universidad nunca han tenido práctica profesional, ni pública, ni privada”, afirmó el representante de los profesionales.

Asimismo, se refirió a la situación de otros profesionales del sector privado, como es el caso de la construcción, con los albañiles frente a los profesionales. “En el sector privado podemos encontrar que, si bien un albañil puede ganar 700 bolivianos a la semana, llegando a ganar 2.400 bolivianos al mes; al profesional lo quieren de pasante gratuito, no le quieren pagar, y si le llegan a pagar un sueldo es de consultor sin beneficios sociales, sin la capacidad de ganar bonos de antigüedad, la misma empresa privada descarta al profesional, ya que no le da su lugar dentro de lo que sería la empresa. En Tarija, lo que serían los bancos, tienen una carrera más segura”, expresó Bacotich.

En referencia al sector público, el entrevistado comentó que hay muchos problemas, ya que la ley no obliga que los secretarios y directores de distintas instituciones departamentales y municipales tengan título, lo que, según él, hace que se “politice” estas vacantes, que son de interés para la población.

“La ley no obliga a que los secretarios y directores de entidades departamentales y municipales estén capacitados, lo que hace que estos cargos estén en manos de bachilleres y si llegasen a tener estudios, no corresponden al área que manejan y el tarijeño tiene como lógica que no hay que estudiar, en este pueblo hay que hacer campaña y pegar carteles para conseguir un cargo público. La seguridad laborar no existe, el profesional no va a encontrar dónde trabajar y si encuentra es mediante contratos que no les pagan enero, febrero marzo, esperan hasta julio o a fin de año, de igual manera por cada 12 meses los hacen trabajar cinco gratis”, manifestó.

En el caso del sector de salud, la rama médica en Bolivia tiene un aproximado de hasta 15 años de estudio entre prácticas, especialidades y otros estudios, pero algo que lamentó Bacotich es que al momento de regresar a sus lugares de origen para ejercer su profesión, para el beneficio de su propia gente, se encuentran con que los hospitales y centros de salud no tienen cupos laborales, ya que el Estado no priorizó la salud sobre otras cosas.

“Un médico estudia cinco años básicos, un año de internado, más la provincia que es obligatoria en Bolivia, más una especialidad, que las más cortas duran tres años y algunas aún más tiempo, y también hay subespecialidades. Ahora, al volver, por ley los quieren obligar a hacer de nuevo provincia, como si el Estado les hubiese pagado algo. Llegan a estudiar de 10 a 15, 17 años, cuando llegan al país y en el sector público se encuentran que no hay ítems. El Gobierno no ha priorizado salud, lo vemos al pobre Presidente escapando a tratar sus males a Cuba, porque no tiene un hospital decente en Bolivia, pero él ha decidido el sistema de salud”, expresó el titular del Colegio de Profesionales.

En sus palabras, en el sector privado de salud la situación tampoco es prometedora, ya que el médico debe hacer su propia inversión y afrontar los múltiples impuestos que le son cobrados como la patente municipal, que es “altísima” y los impuestos IVA, entre otros, incluso un impuesto empresarial que se cobra al profesional independiente.

“Esto hace que muchos profesionales vean que un sueldo mínimo de un médico en Brasil es 10 mil dólares, salen escapando a Brasil porque las oportunidades laborales son mejores. Entonces ves un médico que estos 15 años pasó de especialización, que llegua a Bolivia y recibe un contrato con el Susat, por ejemplo, de 2.000 bolivianos. No es justo; cuando estás hablando de un secretario departamental que tal vez sin la capacidad o el conocimiento recibe 14 mil bolivianos, es totalmente ilógico hablar entre autoridades designadas y profesionales”, declaró Bacotich.

Por otra parte, el presidente del Colegio de Veterinarios, Miguel Dávila, también declaró su preocupación por la situación que tienen que afrontar los profesionales, ya que cada día es más “difícil” conseguir un trabajo en el departamento, en especial por las actividades que son ofrecidas de manera gratuita por las instituciones públicas, quitándole valor a los profesionales.

“Es preocupante, cada vez hay más profesionales que están saliendo en mayor cantidad de institutos y universidades de las que salen técnicos y también licenciados. Es complicado encontrar una fuente laboral y más aun cuando el sector político quiere atraer a la población a hacer algunas actividades, nosotros los profesionales lo vemos de mala manera que sean siempre gratuitas, sabemos bien y en nuestra casa nos han enseñado que nada es gratis, todo cuesta. Entonces, al dar las cosas gratis la gente no valora, no le interesa, eso es lo que está pasando en el rubro veterinario zootecnista”, opinó Dávila.

El veterinario narró las experiencias que le toca vivir a su sector al momento de desempeñar su trabajo en el área rural, ya que muchos de los comunarios, por los trabajos con las instituciones públicas o previas campañas, exigen a los profesionales trabajar sin remuneración.

“En el caso de la ciudad, he visto algunas publicaciones en las que algún concejal o algunos concejales quieren hacer servicio veterinario gratuito en el Centro de Zoonosis que ahora no está realizando el trabajo para el cual ha sido creado. Esto quiere decir que nos quitan fuentes de trabajo, no nos dejan servir a la población. Si es que un profesional quiere iniciar una pequeña empresa como es un establecimiento veterinario, estos servicios nos disminuyen, la población deja de ir a estos establecimientos”, lamentó el presidente del Colegio de Veterinarios.

Asimismo, Dávila exhortó a las autoridades, tanto departamentales como municipales, a tomar conciencia de la situación en la que se encuentran sus profesionales y, sobre todo, pedir consejos, apoyo y opiniones a estas instancias, que son los distintos colegios de ramas profesionales.

“En algún momento el Colegio de Veterinarios siempre ha estado con el Sedes (Servicio Departamental de Salud), con las campañas antirrábicas, hemos manifestado que nosotros podemos apoyar en la planificación de estas campañas, pero hicieron oídos sordos, la aplicación de estas vacunas han sido por personas particulares, por soldaditos que no son personas capacitadas. Puedo contar una infinidad de cosas que no están bien, que las autoridades no están coordinando con los diferentes colegios”, aseveró Dávila.

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La directora del colectivo de Derechos Humanos, Yolanda Herrera, comentó que Tarija ya no tiene espacio para la cantidad de profesionales que están saliendo de las instituciones educativas y que se está sufriendo “una fuga de profesionales”.

“El departamento pierde valiosos recursos humanos porque no hay fuentes de trabajo ni de calidad, ni de estabilidad, por lo tanto, los jóvenes no solo tienen que migrar a nivel de Bolivia sino a nivel internacional”, afirmó Herrera.

También señaló que la estabilidad laboral en la ciudad es un gran problema junto con la escala salarial. “Afecta demasiado a lo que significa las posibilidades de nuestros profesionales para que puedan quedarse, pero los sueldos no son competitivos, no hay estabilidad, no hay calidad laborar, esa es la realidad”, declaró la directora.

Por otra parte, hay quienes expresaron que la falta de preparación práctica en las universidades hace que exista una gran debilidad en la formación de profesionales, así lo declaró el secretario de Gobernabilidad de la Gobernación, Luis Alfaro.

“Con las disculpas del caso, hay un vacío enorme, hay un alejamiento enorme en lo que es la universidad de lo que es la realidad productiva social de la gente, nuestros profesionales egresan solamente ilusionados con el lindo traje y el título, pero, cuando se van a los hechos hay un vacío enorme”, mencionó Alfaro.

El secretario de la Gobernación afirmó que en la función pública los profesionales son “muy mal pagados” y esto hace que los titulados en ramas como Medicina y Arquitectura, entre otras carreras, migren al interior del país como al exterior.

“La esperanza y la solución es la agenda productiva que nos hemos planteado, es ese el camino que felizmente se aproximan varios créditos y estudios. Me reuní con el Colegio de Ingenieros, Agrónomos, nos han hecho una serie de observaciones, y yo dije: ‘Si se pone en marcha esta agenda productiva no va a haber un agrónomo desocupado en Tarija, no va a haber un veterinario desocupado’, y yo realmente valoro el poder del colegio en esa área y pronto lo haremos con otros colegios y las mismas universidades”, aseguró Alfaro.

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Las preocupaciones de los futuros profesionales no están alejadas de esta realidad. Antonio Amézaga, futuro ingeniero industrial, comentó que “el campo laboral con el que cuenta Tarija es limitado, no existen nuevas empresas o fábricas para desarrollarse como profesional, porque la situación económica por la cual se atraviesa en la ciudad no permite que existan fuertes inversiones, se considera a Tarija como la ciudad menos atractiva para realizar inversiones”.

Por otro lado, mencionó que se siente decepcionado de cómo se manejan los recursos económicos y humanos, ya que “todo es muñeca (…). El país valora más a un político que a un profesional, y eso no va a cambiar por la cultura que nosotros tenemos. Además de que las fuentes laborales nuevas ya vienen con nombre o apellido, existen en Tarija los grupos y logias que son una rosca que está presente en la Gobernación, empresa privada en altos cargos, y entre ellos se eligen para seguir en el poder”, expresó el universitario.