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GABRIELA FLORES/BOLINFO/TARIJA

(elPeriódico – marzo 09/2017) La vida al interior del penal de Morros Blancos suele ser dura, no sólo de los internos que por una u otra razón deben cumplir una condena, pero también hay familias enteras como animales domésticos. 

Los hijos de los presos no conocen otra realidad aparte de la cárcel y una situación similar ocurre con  los animales que son  domesticados  en condiciones que no corresponden.

El director del penal de Morros Blancos, Pedro Castro, explicó que fue realizado un censo para  determinar la cantidad de animales que  tienen los internos, dado que cada uno presentó a su mascota para dar los datos básicos de sus perros o gatos.

“Los internos  han presentado toda la documentación de vacunación y también hemos coordinado con Régimen Penitenciario para que las unidades responsables de ese tratamiento hagan todas las notas correspondientes”.

Tras enviar toda la información, en el penal de Morros Blancos esperan que los responsables de salud visiten el lugar para hacer la vacunación respectiva.

Las autoridades penitenciarias intentaron previamente  llevar  los animales a otras dependencias, pero se toparon con el reclamo de los internos. El director del penal explicó que hay una superpoblación de canes al interior de este recinto.

“Afuera del penal no hay gran cantidad de canes, sí  al interior”. Castro acotó que es preocupante esta situación porque pueden ser transmitidas una serie de enfermedades a los mismos habitantes del recinto penitenciario.

“Debemos dar una solución a esto”, añadió Castro.

El directo reconoció la colaboración de parte del Gobierno Municipal de Cercado cuando  realiza sus campañas de vacunación.

Reos iniciarán adiestramiento de canes

En el afán de  brindar una solución a la superpoblación de perros al interior del penal de Morros Blancos, los administradores de este centro  empezaron a desarrollar proyectos conjuntos con la Dirección Departamental del Régimen Penitenciario, que incluyen el adiestramiento de canes a un nivel básico por  los mismos reclusos.

El director departamental de Régimen Penitenciario de Tarija, Ariel Miranda, explicó que este proyecto será desarrollado para dar otro tipo de terapia a los presos, permitiéndoles adoptar por un tiempo a los perros,  dándoles  una utilidad para que luego los animalitos puedan ser puestos en adopción.

Con el programa, según Miranda, los reclusos podrán re insertarse  a la sociedad sin el trauma de recaer en hechos delincuenciales.

Al ser un programa que beneficia a la ciudadanía como a los privados de libertad,  buscó el apoyo y coordinación de las autoridades,  tanto municipales como departamentales para un trabajo mancomunado, pero las respuestas fueron negativas.

En este sentido, el director de Bunker K-9, Jaime Pinaya, quien trabaja con adiestramiento canino,  mostró su predisposición a efectuar un trabajo junto a los internos.

“Lo que intentaremos es darles un oficio a estos perros,  una segunda oportunidad para erradicar el maltrato animal y el abandono”.

Pinaya explicó que la idea no es llenar la casa o los refugios de perros, sino educar a la población. “Darles una utilidad a estos perros, porque se pueden hacer maravillas, pero eso no lo entienden las autoridades”.

Según Pinaya, hay una serie de  proyectos que estaban siendo programados  integralmente con canes para efectuar terapias.

La falta de financiamiento fue el principal obstáculo, cuando el programa pretendía abarcar a diferentes sectores sociales, especialmente niños con capacidades diferentes.

Acusó que las instituciones municipales y departamentales destinan “mucho dinero”  a publicidad o  sueldos elevados, pero si  un pequeño porcentaje sería derivado  a este tipo de proyectos,  “la ciudad mejoraría notablemente”.

En una demostración al aire libre, pudo constatarse el profesionalismo con el que Bunker k-9 se maneja y el fruto de los adiestramientos son animales totalmente equilibrados, capaces de brindar ayuda al instante a simple orden, o que niños puedan jugar con ellos sin perder el encanto canino característico.

Una de las pequeñas espectadoras de esta actividad, reflejó su satisfacción por lo visto en el parque Los Changuitos con la coordinación de la Dirección Departamental de Régimen Penitenciario.

“El perro de esos policías es  grande, lo pude tocar y pasear a su lado sin que se vuelva loco, me gustó mucho. Me gustaría que mi perro sea así, Gordo se llama, él mucho me jala cuando lo saco al parque,  pero igual lo quiero mucho”, dijo Laura Sánchez de 7 años.