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En el marco del Día Internacional de la Mujer, una reivindicación a las mujeres que marcaron la historia con grandes descubrimientos en el campo de la ciencia, biología, física y terrenos de interés general. Siete soluciones para los problemas cotidianos que sin embargo fueron atribuidos al mérito masculino.
La doble hélice del ADN por Rosalind Franklin
JamesWatson y Francis Crick ganadores del premio Nobel de medicina por su revolucionario hallazgo en el campo de la genética, pero hubo una mujer poco conocida que fue un eslabón fundamental. La química inglesa conocida como la «dama oscura del ADN» fue la encargada de perfeccionar la técnica para observar de cerca las moléculas y la primera en capturar una imagen fotográfica de ácido desoxirribonucleico, que luego usaron los investigadores como tesis sin su permiso.
Las bolsas de papel, por Margaret Knight
Considerada la mujer inventora más famosa del siglo XIX con más de 30 prototipos diseñados. Responsable de la creación de un objeto cotidiano de multiuso indispensable en el día a día como las bolsas de residuos. Fue esta mujer la que diseñó la máquina para cortar y pegar bases cuadradas a las bolsas, pero no llegó a patentarla a tiempo, por lo que Charles Annan se lo adjudico. Años más tarde en 1871 tras lograr probar su mérito recuperó la patente.
La bengala, por Martha Coston
En una época en la que las mujeres parecían hacer poco más que mantener la casa y criar a las familias, Martha Coston estaba ocupada salvando vidas al perfeccionar el sistema nocturno de señalización de bengalas», destaca el libro The Inventions of Martha Coston (Los inventos de Martha Coston), de Holly Cefrey.
Coston desarrolló un sistema de destellos pirotécnicos que permitió la comunicación entre los buques de la Marina de Estados Unidos. Pero fue su marido, Benjamin Franklin Coston, el que pasó a la historia como el creador a pesar de haber fallecido diez años antes. La encargada de vender el sistema fue Martha aunque el que comenzó a investigar sobre la creación de algún artefacto fue Benjamin.
Pañales descartables por Marion Dovan
La estadounidense es conocida por ser la madre del pañal desechable. En 1951 creó una tela que permitía que la piel del bebé respirara e incluía abrojos que lo nombró como «Boaters». Impulsada por la tarea frustrante y repetitiva de cambiar los pañales de tela sucios, la ropa y las sábanas de la cama de su hijo, Donovan creó una cubierta para pañal que le permitía mantener a su bebé seco», contó el Salón de la Fama de los Inventores de Estados Unidos.
No fue hasta una década más tarde en la que vendió su idea a Víctor Mills, ingeniero químico en la empresa Procter & Gamble con la que desarrollaría y comercializaría.
El Monopoly, por Elizabeth Magie
Uno de los juegos más populares de la historia. En 1903, la diseñadora lo bautizó como The Landlord’s Game y sólo recibió USD 500 por parte de la empresa Parker Brothers. Casi 100 años después la verdad saltó a la luz, en 2004 se supo el origen, que hasta el momento se lo adjudicaban a Charles Darrow, un vendedor de calefactores domésticos.
Receptor opioide, por Candace Pert
Fue una notable neurocientífica y farmacóloga que se ocupó de desarrollar junto al Dr. Solomon Snyder la teoría de receptores celulares para neurotransmisores presentes en el sistema nervioso de los mamíferos.
«Estas son las reglas del juego», le dijo Snyder cuando su alumna Pert se reclamó el premio que recibió por el hallazgo que había hecho ella 1974.
El algoritmo informático, por Ada Lovelace
En 1979 el Departamento de Defensa de Estados Unidos daba el nombre de Ada a su lenguaje de programación informática como forma de reconocer la contribución de una mujer pionera de la cibernética encargada de crear la primera computadora de la historia.
La hija del famoso poeta Lord Byron comenzó su investigación con apenas 20 años, y durante su estudio conoció al científico e inventor Charles Babbage, que colaboró en el proceso y se le adjudicaron los logros.