Ya no llama la atención ni se espera mucho cuando se habla de auditorías, se hicieron tantas y tan poco o nada aclararon que parecen cantos de sirena. No es que se espere que se confirmen los rumores o denuncias sobre un proyecto cualquiera, por el contrario, mejor si se revela que todo se llevó de manera transparente, que no hubo nada raro, que la mano negra de la corrupción no metió sus dedos sucios en dineros públicos. Sucede que sí existen auditorías que establecen responsabilidades pero nunca aparecen los responsables ni nada sucede legalmente con ellos.
En el caso de obras ejecutadas por el municipio de la ciudad de Tarija, se escuchan una serie de quejas y denuncias sobre el rápido deterioro o la cuestionable utilidad de varios de ellos, sucede así con unidades educativas que al poco tiempo de haber sido inauguradas ya presentan goteras, paredes rajadas puertas deterioradas, etc., así lo dejan en claro padres de la junta escolar del colegio «Lindaura de Campero» que en algunos de sus ambientes no es apto para alojar a estudiantes, lo extraño es que esta nueva edificación entró en funcionamiento hace un año aproximadamente. Otro ejemplo es el de la nueva terminal de buses, millonaria inversión que hoy es observada por sus usuarios por su cuestionable funcionalidad y supuestas falencias en el diseño y calidad de la obra. Vamos mas allá, el paso a desnivel del mercado campesino que es más usado por peatones que por vehículos, no cumple con su función de descongestionar el tráfico caótico del lugar, esta lejos de eso y la ausencia de motorizados es aprovechada por comerciantes y personas en general para asentarse o usarlo como vía de paso, también fueron muchos los millones de la gente gastados en esta obra. Así podríamos seguir pero intentando graficar con estos ejemplos recientes y frescos una realidad de siempre que se lleva los recursos de todos por grietas de malas construcciones que encima las entregan como si un favor nos estuvieran haciendo. Se debe aclarar que no son exclusividad de la comuna, se pude encontrar proyectos en similar situación en gobernaciones, subgobernaciones, etc.
En el caso concreto, si bien existe un responsable directo como autoridad ejecutiva, es decir, el alcalde de turno, Óscar Montes, quienes se suman a los cuestionamientos son sus ahora enemigos políticos y antes correligionarios, el actual burgomaestre Rodrigo Paz y sus colaboradores, que en su mayoría lo eran también cuando Montes ocupaba el cargo. Basta decir que Paz durante 5 años fue presidente del concejo municipal con amplias facultades además de obligaciones para fiscalizar, igualmente Francisco Rosas y que decir de Gonzalo de los Ríos, actual secretario de obras públicas, que también acompaño a Montes como oficial mayor técnico y técnicamente tuvo mucho que ver con los ejemplos nombrados. Todos los mencionados estuvieron al mismo tiempo, o ejecutaron, o aprobaron el proyecto o el diseño, o supuestamente fiscalizaron… ahora, algunos quieren hacerse los desentendidos, los que recién se enteran de estos problemas cuando estuvieron mas que juntos en una gestión edilicia, ¿ apoyamos que se hagan auditorías a estas obras y otras?, por supuesto que si, transparentes y objetivas, que nos muestren resultados y establezcan las responsabilidades si es que corresponde para que recuperemos la confianza en nuestras instituciones.