GABRIELA FLORES/BOLINFO/TARIJA
(elPeriódico, febrero 22/2017) Tarija es un departamento rico en oferta turística; elPeriódico realizó ayer una visita a los municipios de Uriondo y Arce, en la denominada ruta agroalimentaria, un paseo coordinado por la fundación de educación para el desarrollo Fautapo, que trabaja en la elaboración de la Marca Certificación Territorial Tarija Aromas y Sabores (TAS).
Una situación que llamó la atención durante la visita fue que hubo roces entre los operadores turísticos pertenecientes a la Acotur y los dueños de los emprendimientos, por el tema económico, ya que las agencias de turismo criticaron el hecho de tener que pagar una entrada para entrar a las haciendas turísticas, mientras que los propietarios respondieron que es una inversión fuerte para ellos y que se debe considerar este detalle. Al final, se sugirió realizar una reunión para coordinar estos temas.
El coordinador del proyecto Tarija Aromas y Sabores, Luis Antelo, expresó que se encuentran trabajando en el área de turismo con los productores y las distintas agencias de viaje registradas en la Acotur, para lograr un posicionamiento de marca con la calidad y el buen trato característico de las zonas visitadas.
“Nosotros hemos decidido trabajar con seis cadenas todo lo que es uva, vino, singanis, jamones, quesos, miel y hortofrutícolas de alto valor; entonces, todos los emprendimientos que se visitaron son emprendimientos que están iniciando su proceso de certificación, hay muchos ya avanzados en este tema. Lo importante no es solo producir bien sino que se venda bien. Para lo cual consideramos que uno de los aliados fundamentales con ese propósito es justamente el sector de turismo, que permitirá que los consumidores lleguen a estos emprendimientos”, expresó Antelo.
El primer lugar que fue visitado fue el viñedo denominado Viñas del Señor, ubicado sobre la carretera al Valle, con 10 hectáreas de moscatel y otras 10 hectáreas de áreas verdes. Es un gran atractivo para la población, ya que cuenta con acogedoras cabañas, piscina y atención de calidad por parte de los propietarios, que con mucho cariño explican desde cómo se plantan las uvas, para qué sirven e invitan a degustar un pequeño racimo.
La propietaria de Viñas del Señor, Mirian Rengel, explicó que se encuentran trabajando en un proyecto de gran envergadura, ya que trasformarán su finca en un gran complejo turístico, que esperan culminar hasta noviembre y resaltará la gastronomía y el sabor de los vinos.
“Hemos iniciado con una superficie pequeña, nos hemos ido extendiendo, principalmente la producción es de uva de mesa, aunque también tenemos uva para vinificación, en menor escala. Después de los años, yo he estado trabajando por mucho tiempo en el hotel Tarija, así que con esa inclinación y con servicio al turismo hemos ido construyendo de a poco y hemos llegado a esta parte de construir un restaurante. Ese es el objetivo de dar un servicio turístico, empresarial y social. Principalmente a la región de Tarija, pero también hacia afuera”, apuntó Rengel.
Mientras que su esposo y propietario de la hacienda, Sebastián Iñiguez, explicó que, por el agradable clima de la región, tiene una amplia variedad de uvas de mesa, aunque la que los caracteriza es la moscatel, ya que este tipo de uva no tiene competencia real en su segmento.
“El problema para nosotros es el contrabando, la cantidad de productos que están prohibidos aquí en Bolivia siguen ingresando desde otros países y eso obviamente trae problemas. También se tiene problemas con los productos altamente tóxicos, pero exagerados, que hacen la aplicación de sustancias y los pájaros van a picotear y caen muertos. Eso tiene una residualidad demasiado prolongada y es otro problema”, lamentó Iñiguez.
El propietario del viñedo indicó que su meta es llegar a estrenar el hotel boutique en esa zona, que será una novedad dentro de la gama de turismo en el departamento. Además, mencionó que, si bien es una necesidad potenciar el turismo para el crecimiento económico, a este esfuerzo se deben sumar el sector de transporte, servicios y otros, ya que el turista necesita todos los medios posibles para tener una buena estadía en Tarija.
“Hay que empezar a mejorar, estamos en un proceso de organización, de concienciación, que cada vez va a permitir que más personas que quieran ser parte y que vean que tienen una posibilidad de mejorar su economía, van a empezar a brindar otro tipo de servicios, ya sea en el transporte, gastronómico, en muchos aspectos que hacen que el turista se sienta satisfecho y contento cuando llega aquí”, enfatizó.
Además, expresó que son muchos los emprendimientos que buscan superarse y se apuntan al avance de la certificación territorial de Tarija Aromas y Sabores, porque reconocen que es de importancia “cultivar la identidad”.
“Se está fortaleciendo (el turismo), la gente está tomando conciencia de que lo importante es la identidad de lo que nosotros tenemos, darle valor a lo que nosotros tenemos; eso nos permite a nosotros realmente brindar esa característica a los turistas que vienen, eso es lo valioso”, afirmó el propietario de la hacienda Viñas del Señor.
Otro de los puntos visitados fue la Hacienda del Carmen, a cargo de su gerente general, Marcelo Sosa, donde se pudo ver distintos atractivos, desde los 18 viveros con cientos de plantines de uva, injertados con novedosos métodos que cuidan y protegen desde las raíces de las plantas hasta sus hojas, e instalaciones de riego modernas. Mientras proseguía el paseo se pudo evidenciar la gran extensión de terreno con plantas frutales, que el viajero puede degustar mientras hace el recorrido.
Una vez culminada la visita a los distintos viveros se llegó a uno pequeño, donde, según Sosa, por innovación del propietario de la estancia, don Pancho Pinedo, se empezó la cría de caracoles con fines gastronómicos, dejando a más de una persona impactada por el microemprendimiento. La caminata continuó hasta llegar a una casa donde se invitó a los visitantes unos deliciosos jugos naturales.
“Ellos vienen dedicando toda su vida a este emprendimiento, que lleva más de 50 años y que ahora ya se está viendo sus frutos. A mí me está tocando la parte más linda, que es mostrar lo que se hace. Aquí, en la propiedad de mi suegro, vamos a abrir esta ruta para que los turistas también puedan conocerla, vamos a entrar por los viveros, que es muy característico nuestro, a diferencia de las otras propiedades. Está la ruta del vino, que es algo más agroindustrial, una ruta de la vida porque se da la vida a todo lo que es la producción vitivinícola. Antes se traía la uva desde Francia, posteriormente desde Estados Unidos y ahora las tenemos aquí, en Tarija, con toda la calidad, este es el vivero más grande en plantas de uva de Bolivia”, aseguró Sosa.
Al continuar el paseo, se pudo contemplar una maravillosa vista desde una colina donde estaba la gruta de la Virgen María, que protege a toda la comunidad que la venera y admira y la visita continuamente dentro de la hacienda. Bajando de la colina se mostró la granja de animales, incluso un lago donde nadan patos y gansos. Luego se degustó jamones y salsas preparados de forma casera y con productos, hortalizas y sazones provenientes de la misma hacienda.
El propietario de la hacienda El Carmen, Pancho Pinedo es el creador e impulsor de todas las iniciativas que ofrece esta hacienda, como el criadero de caracoles, conejos cuis y también de hongos, que el consideró que son atractivos para los turistas y que deben ser explotados.
“Como sector turismo no tenemos ninguna entrada, por el momento. El mayor negocio nuestro es hacer plantas de uva, que es el 99 por ciento de lo que se maneja; ahora estamos implementando algo de nogales, fruticultura, olivos, duraznos nogales, pero eso es muy lento, aunque sí tenemos una producción bien establecida que la maneja mi hijo Gonzalo Pinedo, en todo el tema de uva”, expresó don Pancho.
El último punto que se visitó fue la hacienda de Juan Martínez, especialista en crear caramelos de miel y propóleos, y también la venta de miel pura. Esta última visita se caracterizó por el acercamiento a la naturaleza, ya que en las dos lagunas que tiene Martínez se pudo apreciar una cantidad cuantiosa de peces carpa.
“Primero hemos empezado con la plantación, a reforestar toda la zona a través del PERT (Programa Ejecutivo de Rehabilitación de Tierra), después con lo de la miel hemos empezado con el Cuerpo de Paz; de ahí hemos ido mejorando, ha venido un voluntario del Cuerpo de Paz y nos ha enseñado a usar las cajas. Más resultado dio para nosotros la caja estándar, de ahí nació este emprendimiento, ahora tenemos seis cajas, una se me fue el año pasado. Entonces nació la idea de vender miel, luego ya hemos empezado a hacer los caramelos, a utilizar el propóleo, que antes lo botábamos y ahora ya nos hemos dado cuenta de que este es muy curativo”, expresó Martínez.
El productor vende desde 10 hasta 50 bolivianos la bolsa de sus caramelos, que aparte de ser deliciosos también son curativos en el caso de los resfríos y enfermedades virales, ya que, según el productor, él las vende a dos farmacias de la ciudad de Tarija.