ANDRÉS TÓRREZ TÓRREZ
Uno de los jugadores extranjeros que dejó un grato recuerdo en Tarija, fue Daniel “el Chueco” Delfino, integrantes del plantel de Unión Central, en su primera incursión en el fútbol profesional boliviano en la temporada 1999.
En realidad Delfino, vino a reforzar al plantel verdolaga, que en ese momento tenía déficit de gol y vaya que cumplió con las expectativas, jugó 18 partidos y anotó 10 goles y se ganó el reconocimiento de los hinchas “centralistas”.
Lo que pasa es que esa fue -por mucha diferencia- la mejor campaña de un equipo tarijeño en el fútbol profesional, terminó en el tercer puesto, por un increíble empate ante Bolívar, en ese entonces clasificaban 2 equipos a la Libertadores, si no los verdolagas hubieran sido los primeros tarijeños en jugarla.
Fue tan buena la campaña de Unión Central, que 2 de sus principales figuras, fueron a reforzar a los grandes paceños, Daniel Delfino pasó a comandar el ataque The Strongest y Leonel Libermann a darle categoría al mediocampo de Bolívar, repitiendo el mismo suceso que provocaron en el elenco tarijeño.
El tema viene a cuento de un reportaje realizado al ex – artillero de Unión Central, que extractamos, en sus artes más pertinentes.
La historia de Daniel Delfino arranca a los ocho años, cuando se inició en el club 9 de Julio de Adrogué, en el llamado “baby fútbol”. Vivió su infancia a tres cuadras del estadio Lorenzo Arandilla de Brown de Adrogué y compartió hasta los 15 años con Fernando Redondo, figura estelar del balompié argentino.
Del 9 de Julio de Adrogué pasó a Banfield y subió todas las categorías hasta llegar a la Primera del Taladro en 1988 y gracias a la confianza del entrenador Ángel Cappa. De ahí saltó hacia otras divisas hasta llegar a Bolivia.
“Tuve un paso fugaz por China y conocí a Leonel Liberman. En ese tiempo conseguimos jugar allá y cuando volvimos a Argentina, él consiguió jugar en Unión Central y a los tres meses él fue el nexo para que yo vaya”, recordó Daniel.
En Bolivia demostró sus dotes goleadores y su gran paso por Unión Central lo llevó a militar dos años en The Strongest, jugando Copa Libertadores de América y aportando con importantes goles a Palmeiras, a El Nacional de Quito y otros clubes.
En el país, Delfino quedó impactado por el apoyo recibido por la afición tarijeña en cada compromiso que Unión jugaba de local, además de las anécdotas vividas en el Tigre.
“En Tarija, el estadio estaba lleno en todos los partidos que jugábamos. En The Strongest conocí a la mejor hinchada de Bolivia. Me llevé buenos recuerdos. En el Tigre recuerdo que un hincha (Raúl ‘Chupa’ Riveros) ingresaba al vestuario y hacía arenga para el equipo y nos motivaba. En ningún club en el que estuve me pasó, me quedó muy grabado”, relató Delfino.
Triunfa en Venezuela.-Su partida al fútbol llanero trajo consigo mucho éxito a Delfino. Allá se convirtió-hasta la fecha- en el futbolista extranjero que más goles convirtió (70), luego de consagrarse en Deportivo Táchira, Carabobo FC y Deportivo Italia.
Un fugaz paso por el Deportivo Cuenca (ECU) lo alejó del fútbol por una rotura del tendón de aquiles en 2002. Tras su recuperación, el “Chueco” siguió aportando más goles en Venezuela hasta su retiro en 2008.
Actualmente radica en Maracaibo, lugar donde conoció a Cindy Pineda, su actual esposa, y tuvo a su cuarto hijo: Kadyel. Daniel se dedica a representar jugadores y organiza diferentes actividades deportivas para potenciar el fútbol.
FICHA PERSONAL
Daniel Alejandro Delfino
Clubes: Banfield (1988-1989 y 1991-1995), Quilmes (1991), Rosario Central (1995-1996), Atlanta (1997), Sportivo Italiano (1998), Wanzoo (1999), Unión Central (1999), The Strongest (2000-2001), Deportivo Táchira (2001-2003), Deportivo Cuenca (2002), Carabobo FC (2003-2007) y Deportivo Italia (2007-2008). Goles: 226
Goles registrados: Venezuela (70), Argentina (79), Bolivia (42), Ecuador (9), Copa Libertadores (6) y Sudamericana (2)
Títulos: Dos, en 1991-1993 y 2008-2009
Dios, familia y fútbol en su vida
Daniel Delfino es católico y creyente. Su fe lo llevó a superar momentos complicados y disfrutar de las tardes y noches de gloria y su reencuentro con las redes adversarias.
“Dios lo es todo, es la energía que maneja todo. Para mi está en mi interior a la hora de hacer las cosas. Siempre mantener la fe que es la que mueve todo”, resaltó el exfutbolista.
A ello se suma la familia en su vida. Pese a que la carrera del jugador es complicada, se vive en diferentes países y se viaja constantemente “uno siempre anda atento y pendiente de todo lo que pueda hacer para su familia”.
Su corazón está en la patria que lo vio nacer. Allá están sus padres, hermanos y sus tres hijos mayores (Marianela Belén, Agustín y Lisandro) y su nieta. “Argentina para mí es pasión y emoción”.
Bolivia le transmite “recuerdos espectaculares”, siendo que en tres años jugando al fútbol vivió muchas cosas positivas.