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Redacción Central

(elPeriódico, febrero 3/2017) La Asociación de Mujeres Emprendedoras Agrícolas de Tariquía (Ameat), en coordinación con la organización Nativa, proponen la construcción del Centro Nacional de la Miel, que estaría ubicado en la comunidad de Pampa Grande, que se encuentra en el corazón de la Reserva de Tariquía, en el departamento de Tarija.

Uno de los objetivos del proyecto es consolidar la capacitación apícola, la investigación, el mejoramiento e incremento de la producción de miel. Asimismo, con el centro será posible posicionar la Reserva Natural de Tariquía como un atractivo turístico nacional.

“Contar con el Centro Nacional de la Miel en la zona será fundamental para continuar con el desarrollo de las actividades apícolas al interior de la reserva natural”, explicó al respecto Rina López, quien es presidenta de la asociación de emprendedoras de la región.

Con el centro también se buscará la certificación de la miel a escala nacional e internacional, ya que, en la actualidad, el producto estrella de Tariquía es una marca reconocida a escala departamental, con grandes perspectivas de crecimiento en el resto del territorio nacional.

En 2003 la miel del lugar fue reconocida como el mejor producto del trópico boliviano. En 2008 recibió el Premio Ecuatorial del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, como la mejor iniciativa ecológica. En 2015, el Servicio Nacional de Áreas Protegidas reconoció a las productoras de Tariquía por contar con la mejor iniciativa productiva, al punto de recibir todas las certificaciones del Senasag, que garantizan su venta libre.

El proyecto propuesto por la asociación impulsará y potenciará el desarrollo apícola en el departamento de Tarija y el resto del país. Para concretar el plan se establecieron programas de formación de las productoras, gracias a la firma de convenios con asociaciones, expertos e instituciones de otras localidades del territorio nacional y de países vecinos.

Los ecosistemas naturales bien conservados de la Reserva Nacional de Tariquía son adecuados para la producción de una miel sana, de alta pureza y de alta calidad, libre de agrotóxicos, que es producto de la floración natural de la zona.

“Muchas mujeres y hombres se han convertido en apicultores y ya tienen mucha experiencia. En conjunto llegan a cosechar hasta 15 toneladas de miel orgánica por año. Esta actividad, para muchos pobladores rurales, es una de las pocas opciones económicas sostenibles. Además, conservan el ecosistema y la calidad ambiental de las comunidades que se encuentran en su interior o en los bordes de sus 246.870 hectáreas de extensión (de la reserva)”, mencionó la presidenta de la asociación.

Asimismo, en el área de formación y producción apícola del centro se contará con las herramientas necesarias para ofrecer talleres de elaboración de cajas, ceras y otros insumos propios de esta actividad. Las emprendedoras recibirán formación en el procesamiento de la miel, con productos derivados como el propóleo, jaleas, jabones, cremas y otros. Las socias de Ameat ya están organizándose para realizar gestiones ante las instancias competentes, que permitan disponer de un terreno donde se pueda realizar la construcción del centro.