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Camilo Katari

“Hoy el Vivir Bien es una propuesta que camina por el mundo”, fue la frase final que expresó el excanciller aymara David Choquehuanca a tiempo de dejar su cargo y poniendo en claro que la lucha contra el sistema capitalista e individualista fue una de las tareas más importantes en estos 11 años.

Pero también el Vivir Bien se expresó en múltiples desafíos que desde la labor en la Cancillería del Estado fue para recuperar los recursos naturales, la organización, la autoestima, la música, la cultura y otros, pero para “gobernarnos nosotros mismos”, remarcó.

David Choquehuanca, como autoridad de Estado tuvo un perfil bajo, sin cuestionamientos políticos, con alta solidez en su relación con los movimientos sociales, especialmente campesinos e indígenas, y con una cercanía casi familiar con Morales, por todo ello, se muestra potable para futuras tareas que tenga que asumir.

Es por ahí que habrá miles de miles que se preguntarán y ¿a dónde va Choquehuanca? ¿Por qué lo alejan del gabinete en uno de los momentos más claves por el que vive el país, más allá de lo que ya en términos de la Diplomacia de los Pueblos (proyecto ganado por el propio Choquehuanca) se avanzó a pasos gigantescos y con un referente nacional que trataron de emular otros países en el continente?

Ese es el caso de la demanda histórica que se ventila en la Corte Internacional de La Haya, con dos juicios que Bolivia sostiene con Chile, además de una agenda internacional pendiente, por ello, era impensable un ajuste en el Ministerio de Relaciones Exteriores, la cartera más importante en los últimos años del gobierno de Morales.

La fidelidad mostrada por Choquehuanca a Evo Morales, desde cuando iniciaron en la construcción del instrumento político, fue muy elocuente y, no por nada se decantaba por él, el propio Evo, quien recordó que en 1998, en una visita a Libia, en un ensayo de probabilidades, manifestó que en caso de llegar a ser “algún día” presidente, su canciller iba a ser el mismísimo Choquehuanca.

Choquehuanca, desde otra visión, rompió los moldes tradicionales, ortodoxos de lo que se concebía el servicio exterior, como servicio personal conocido también como el “exilio dorado” o la “diplomacia del cóctel”, nos mostró que por encima de todo estuvo el compromiso y lealtad con su pueblo. Los incrédulos de la política exterior tendrán que saber que con un ministro indígena se logró posesionar, a diferencia de los otros gobiernos, una agenda con temáticas serias en las relaciones bilaterales y multilaterales.

Los anteriores gobiernos invisibilizaron los derechos de los pueblos indígenas, no respondieron a las demandas y necesidades reales de los pueblos indígenas de Bolivia. Jamás trabajaron para revalorizar y dignificar la hoja de coca, apoyar su promoción histórico-cultural-ancestral y fomentar la investigación e industrialización de sus propiedades benéficas.

Algunos analistas, opinadores en medios, a partir de su alejamiento de la Cancillería avizoran una posibilidad futura como un líder sustitutivo a Evo Morales. Si el MAS tiene todas las opciones de ganar en 2019 podría probar con David Choquehuanca.

Este Gobierno, pese a los percanses en su gestión, tiene todo el potencial electoral, porque sus credenciales son las obras, la estabilidad política y el crecimiento económico de los últimos años. Choquehuanca es una opción a una “posible pausa” que permitiría a Evo Morales prepararse para una vuelta como candidato en las elecciones de 2024.

Finalmente, Choquehuanca dijo que se “replegará a las bases”, como la mejor muestra de fidelidad a Evo y su mismo pueblo, y por su clara y nítida convicción de un revolucionario y una pasión por el cambio.

Por todo ello, Choquehuanca será el nuevo ‘Willka, el ‘Hombre luz’, para que continúe guiando e iluminando al pueblo y con el pueblo, recorra los caminos de los andes, los valles y los llanos, que como Tupac Katari y Bartolina Sisa se multipliquen, sean millones y se conviertan en nuevas voces que anuncien un nuevo tiempo, ¡un nuevo Pachakuti!