GABRIELA FLORES/BOLINFO/TARIJA
(elPeriódico – febrero 01/2017) La política migratoria argentina se está endureciendo, al punto de dejar de lado las relaciones comerciales que mantiene con Bolivia. En esa línea, el diputado independiente argentino Alfredo Olmedo sugirió al Gobierno de Mauricio Macri a seguir el ejemplo del Presidente estadounidense y que construya una barrera física entre Argentina y Bolivia.
Ante estas declaraciones, el secretario de Coordinación de la Gobernación, Waldemar Peralta, expresó su rechazo a las declaraciones del funcionario del país vecino, quien tildó sus intenciones como políticas.
“Yo creo que en el siglo XXI, cuando el desarrollo viene por las mancomunidades, por las alianzas estratégicas, viene por los proyectos conjuntos; que se presente algo tan descabellado como una propuesta del Presidente de Estados Unidos, que quieran replicar… Yo creo que por intenciones políticas este caballero Olmedo es totalmente descabellado. Gran parte de la potencialidad productiva e industrial que tiene el norte argentino es por la mano de obra boliviana”, expresó Peralta.
Asimismo, el secretario expresó que es necesario que las autoridades argentinas reconozcan el trabajo de los bolivianos en su tierra.
“No se puede decir los bolivianos son narcotraficantes, no se puede generalizar, eso es algo que es ofensivo para Bolivia al margen de cualquier diferencia política. Creo que hay que tener mucho cuidado con esto, rechazamos de manera contundente, no son muros, son puentes es fundamental que esto ocurra”, apuntó el funcionario departamental.
El senador por Unidad Nacional (UN), Fernando Campero, también expresó su repudio a la sugerencia de la autoridad argentina, a la que tildó de una “estupidez”.
“Yo creo que son una estupidez las declaraciones de lo que debe ser un diputado radical, racista o de un nacionalismo extremo, está siguiendo los pasos de lo que fue el muro de Berlín o lo que intenta hacer Trump con el muro. Es una vergüenza no permitir que conciudadanos vayan hacia la Argentina cuando existe más de un millón de bolivianos que viven en esa república, trabajan, producen y que generan riqueza al pueblo argentino. Es un absurdo pensar en la construcción de un muro loco en la frontera entre estos dos países”, afirmó Campero.
Además, se refirió a las declaraciones del gobernador de la provincia de Salta, Juan Manuel Urtubey, quien dijo a los medios de comunicación que con Bolivia aún existe hermandad.
El asambleísta por la bancada de Unidad Departamental Autonomista (UDA) César Mentasti, quien también funge como presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Departamental Autonomista, lamentó los excesos dentro de las normas migratorias del país vecino.
«Nosotros lo llamamos el ‘efecto Trump’, quien empezó esta tendencia en México y ahora quiere instar al Gobierno argentino a tomar similar actitud y no vaya a ser que el pago de ese muro vaya a salir de los impuestos que se establezca de la exportación de productos bolivianos a Argentina, como se está haciendo en Estados Unidos, que lo van a pagar los mismos mexicanos. Queremos levantar la voz como instituciones de derechos humanos”, enfatizó Mentasti.
NOTA DE APOYO
Argentina sigue el «efecto Trump»
Al utilizar un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), el Gobierno del Presidente argentino, el derechista Mauricio Macri, modificó la Ley de Migraciones que impone un «muro» simbólico a la inmigración, con el argumento de responsabilizar a los migrantes de la delincuencia y el narcotráfico, mientras se prepara un avance sobre la justicia independiente, para lo cual ya se elaboró “una lista de jueces” a los que se intentará separar de sus cargos.
Por otra parte, organizaciones humanitarias y políticas, incluyendo a partidos aliados de la oficialista alianza Cambiemos, exigieron la renuncia del jefe de Aduanas, el exmilitar Juan José Gómez Centurión, quien aseguró que durante la última dictadura cívico militar (1976-1983) no hubo un «plan sistemático» para la desaparición de personas, sino una «reacción desmedida» en el marco de una «guerra», y que «no es lo mismo 8.000 verdades que 22 mil mentiras», es decir, niega que existan 30 mil desaparecidos.
El premio Nobel de la Paz 1980, Adolfo Pérez Esquivel, recordó que Gómez fue cómplice de la pasada dictadura y ocupó también cargos cuando el actual presidente Macri fue intendente de la ciudad de Buenos Aires.