Noticias El Periódico Tarija

Resulta que la problemática del agua había sido seria, que no era de mirarla por sobre el hombro, que merecía mayor atención, en Tarija viene doliendo desde hace mucho y poco interés real se le ha puesto.

La prestadora del servido de agua potable es una Cooperativa muy cuestionada en su administración, que no ha sido capaz de acoplarse a la excelencia cubriendo la demanda creciente de una ciudad en desarrollo pero no por ese motivo, sino que sus mecanismos internos son vetustos para los tiempos que corren y sus finanzas han arrojado números rojos en los últimos años alejándola de la posibilidad de acceder incluso a créditos importantes que le permitan modernizarse, es que el mal servicio que presta no sólo se refiere a que no llega a toda la población sometiéndola a crudos racionamientos, sino también a la calidad del agua que distribuye, cuestionada en su tratamiento y potabilidad, por tanto, en la garantía para el consumo humano.

El problema no se queda ahí, ya que al haberse distanciado tanto en sus proyectos con las reales necesidades de la gente, esta cooperativa ha descuidado el mantenimiento de sus redes de distribución, teniendo en muchas zonas instalaciones que pierden más agua que la que transportan, tuberías con fugas que no son detectadas y que pueden estar humedeciendo el suelo desde hace años pero, lo que es peor, dejando que miles de litros al día se derrochen sin retorno. Ya hace varios años atrás desde el municipio, el ex alcalde Oscar Montes habló de la desaparición de esta entidad, justamente por su mal servicio y la forma en que se administra sus recursos y la posibilidad de crear otra, en ese momento se levantaron «gritos al cielo» tratando de mostrar que pretender algo así era atentar contra la institucionalidad tarijeña. Hoy, otro alcalde, Rodrigo Paz, muestra más seguido su desazón con lo que sucede pues parece ya no creer tanto en lo que le dicen sobre cómo superar la situación y el estado de las cosas, el déficit de agua en la ciudad es grande y la población continúa sintiendo su carencia, más allá de que lo niegue quien lo niegue y ante ese problema no se dan soluciones solventes porque el tiempo es el que desnuda o las mentiras o la incapacidad.