Juan Porcel de Padilla, heredero de Luis de Fuentes y del valle de “Nuestra Señora de la Santísima Virgen de la Concepción”

Un rancherío instalado por los conquistadores dio inicio a la ocupación del suelo del valle de Nuestra Señora de la Santísima Virgen de la Concepción, con el establecimiento de soldados españoles que tomaron por esposas a las hijas de los caciques Churumatas, construyeron las primeras casas de adobe y piedra, el oratorio a la Virgen María y gradualmente fueron extendiendo las propiedades a través de la concesión, dando lugar a la conformación de una comunidad.

Luis de Fuentes y Vargas dueño y señor de ese valle, cedió su propiedad a Gaspar de la Cueva, donde hizo trabajar una estancia que a su muerte pasó a propiedad de su heredero Juan Porcel de Padilla, quien posteriormente la vendió al Márquez de Tojo, Juan José Fernández Campero, uno de los terratenientes y encomenderos más ricos del territorio de la Audiencia de Charcas quien acrecentó el patrimonio recibido de su esposa, obteniendo el título de Márquez del Valle de Tojo el 9 de agosto de 1708.

Debido a la munificencia de sus donativos piadosos y el apoyo brindado a la Compañía de Jesús, la familia Fernández Campero gozó del prestigio propio de la antigua nobleza, aun cuando su título fuera reciente y comprado a la Corona española. Como muestra de su devoción, los Marqueses del valle de Tojo dotaron de una propiedad al Colegio de la Compañía de Jesús de Tarija y otras obras piadosas en Potosí y Yavi. En el año 1572 se construyó la primera ermita jesuita en la comunidad de Juntas, ornamentada con las imágenes de Cristo crucificado y la Virgen Dolorosa la figura ecuestre de San Santiago, pintura mural, púlpito y confesionario.

La capilla de Juntas del Rosario es uno de los templos católicos más antiguos de Tarija. Fue construido en 1572. La comunidad de Juntas del Rosario conserva tradiciones religiosas originarias que expresan la vigorosa influencia la fe católica de los pobladores de esa comunidad y poblados aledaños. La celebración de la semana permite recuperar antiguas tradiciones con la activa participación de las mujeres con indumentaria blanca ataviadas con guirnaldas de rosas pascuas que recorren las 14 estaciones con la cruz, orando de rodillas, entonando cantos piadosos con ofrecimientos y peticiones, devoción que se repite por cinco veces hasta la alabanza del amanecer, concluyendo con la quita de las rosas de la Santa Cruz. Estas expresiones de devoción católica se manifiestan también en otras festividades religiosas como la fiesta de San Santiago en el mes de julio, que mantiene las tradiciones antiguas; heredadas de los jesuitas que evangelizaron el territorio de Tarija.