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(INFOBAE) Aunque tengan personalidades similares o sean polos completamente opuestos, existen algunas cuestiones importantes en una relación de pareja que van a determinar su duración y, sobre todo, la calidad del vínculo.

Tomar un viaje en pareja suena como la mejor idea del mundo; una manera de afianzar la relación y generar un lazo irrompible. Sin embargo, hay varias formas en las que todo puede llegar a salir mal.

La planificación

La planificación de un viaje encierra mucho entusiasmo, pero también es donde comienzan a manifestarse los desacuerdos. Ella quiere ir a tal ciudad, pero él prefiera otra. Hay mucho dinero en juego y hay que aprovecharlo al máximo. «¿Tengo que dejar de conocer Roma porque vos querés caminar por Budapest?» «¿No te das cuenta que las playas de Río de Janeiro son mejores que las de Cancún?»

La paciencia

Lo más importante, desde la planificación hasta el momento en que vuelven a poner un pie de vuelta en casa, es la paciencia y la tolerancia. Para eso, es importante focalizarse en que el otro disfrute y la pase de maravilla, y no tanto en los deseos de uno. Pero eso no siempre es fácil y cuando sucede, es una bola de nieve implacable que termina arrasando con todo.

Una convivencia incómoda

Es probable que ya conozcan los secretos y caprichos de cada uno, las manías y las fobias… No obstante, durante un viaje todo cambia: cambia la cama, la ducha, uno camina demasiado, la ropa es otra… Y nunca se sabe por dónde puede explotar uno.

Un agobio comprensible

En casa tienen una rutina definida, trabajos, actividades. Uno sabes cuándo va a estar solo y cuándo. Pero durante un viaje, uno pasa cada una de las 24 horas junto a la otra persona. Para algunas parejas, eso es demasiado….

Desacuerdos económicos

Durante un viaje se gasta mucho dinero que fue ahorrado con esfuerzo e ilusión. Es posible que uno de los dos esté en un plan más «gasolero» mientras que el otro quiera aprovechar cada oportunidad que le sale al paso: buceo, comprar esa escultura, una remera del lugar, un viaje a una isla… La plata siempre es motivo de disputa si no se definieron claramente las reglas antes.
Viajando con un extraño

Muchas parejas pasan el año tan centradas en resolver asuntos cotidianos, que se olvidan de cuidar su relación. Y de pronto, cuando se encuentran cara a cara en un lugar extraño, se desconocen y pierden esa magia que convierte a un viaje en una experiencia inolvidable.

La vuelta a la realidad

Uno de los mayores riesgos se presenta no durante el viaje, sino a la vuelta. El viaje fue hermoso, lo disfrutaron y volvieron llenos de recuerdos. Pero tras el retorno, cuando se apaga la llama del viaje, vuelven a una rutina y a unas tareas que ya no les resultan tan necesarias o atractivas como antes. Empezamos a extrañar a la persona con la que nos fuimos de viaje, no a esta con la que ahora volvemos a compartir la vida.