Noticias El Periódico Tarija

Eduardo Claure

Desobediencia: Falta de obediencia, resistencia a cumplir con lo que se ordena. Muchas personas se preguntan qué dice la Biblia sobre la desobediencia. La Biblia define la desobediencia como cualquier elección que es contraria a lo que Dios ha instruido. La desobediencia de Adán resultó en la humanidad siendo separada de Dios. Las naciones de Israel y Judea fueron destruidas debido a la desobediencia de las leyes de Dios. La obediencia siembre ha sido la respuesta, pero la desobediencia tiene sus consecuencias, incluso después del arrepentimiento.

Gran parte del malestar que afecta a la sociedad boliviana en general, tiene que ver con la falta de disciplina ciudadana para desarrollar las actividades diarias en un ambiente de mutua comprensión, de respeto a los derechos de las personas y de estas a las normas vigentes que son parte del ordenamiento que regula la vida en comunidad, pero que de manera generalizada son incumplidas o ignoradas por diferentes causas que son parte de un caótico modo de convivir en total incomodidad e inseguridad entre ciudadanos, entre instituciones (Asamblea –Gobernación), entre regiones (Tarija/Cercado-Chaco), entre gobiernos (departamental-nacional), entre fracciones políticas, entre urbanos y rurales, en fin, la sociedad en su conjunto empieza a extraviarse en la “calidad del relacionamiento” y la obediencia deja de tener sentido o en el peor de los casos la desobediencia gana conducta del “así es”.

Las cosas vienen desde los niveles superiores, donde la falta de ejemplo, es un factor rutinario de las autoridades que no respetan la Ley ni hacen respetar sus propias disposiciones que vienen de autoridad formal, entonces la colectividad hace lo que puede para sortear dificultades y cumplir sus obligaciones personales o institucionales, no importa cómo,  el asunto es que deben realizarse tanto arriba, en el sector medio o directamente abajo, en “las bases”, donde las condiciones de realidad  cotidiana son inadmisibles para quienes deben soportar estoicamente el desbarajuste del desorden institucionalizado por falta de ejemplo de respeto a la ley, a toda norma y que hoy, viene del “nivel superior”: indecencias y promiscuidad de autoridades festejada por acólitos y adherentes; corrupción protegida y nunca sancionada; disposición de ingentes cantidades de recursos públicos con brutal discrecionalidad; sistemas de planificación para el desarrollo sustituidos por proyectos mediáticos y de campaña; rendiciones de cuentas suplantadas por seminarios informativos ante el “control social”; procesos de licitación pública reemplazadas por invitaciones directas espurias; persecuciones políticas antes que dialogo y debate; permisividad irrestricta para el militante y condena sin juicio para el adversario; desprecio a las prioridades vitales ciudadanas nacionales por implantar caprichosas decisiones de alto riesgo para la supervivencia de la población; permisividad para destrozar la naturaleza boscosa generadora de oxígeno y libradora de lluvias para la naturaleza y la vida a cambio de ampliar cultivos de coca ilegal; imposición en cargos de alta responsabilidad técnica y administrativa a dirigentes cuya lealtad no es suficiente para ejercer con eficiencia profesional por resultados en la gestión del recurso hídrico (agua potable) que ha provocado una crisis sin precedentes del líquido vital; producción profusa de leyes en todos los ámbitos que no se aplican o sólo sirvieron para la noticia y la foto; otorgación de concesiones sobre recursos estratégicos a cambio de incrementar la deuda externa y la recepción de beneficios nacionales que se desconocen dónde quedan o reinvierten; legisladores departamentales violando en pleno hemiciclo legislativo; presidente de un ente legislativo departamental golpeador de su esposa y pretendiendo justificar su retorno a “ejercer cargo electo”; legislador indígena acusado de violación de niñas; empresa aérea comercial sin control ni fiscalización técnica y administrativa con propietarios “subterráneos” que acaban de provocar 75 muertes de futbolistas; etc., etc. estos hechos concretos y reales actuales, son patentes a la hora de verificar que autoridades nacionales ignoran la ley, la soslayan o simplemente la pisotean dando lugar a aquella memorable frase “le meto nomás…” y cualquier ulterior complicación se subsane por cualquier otra vía que valide lo trasgredido. Judas es santo y el Lago Poopó no estaba muerto, estaba de parranda..!!

Ignorancia de la Ley, en justificación de este principio de que la ignorancia de la ley no excusa de su cumplimiento se ha alegado: a) que todos tenemos el deber de conocer las leyes; b) que el legislador, al promulgarlas y publicarlas, pone los medios para que podamos enterarnos de ella; y c) que, como consecuencia de lo anterior, si pudiendo y debiendo conocerlas las ignoramos, nuestra ignorancia es culpable y no puede eximirnos de las sanciones establecidas por las leyes mismas para el caso de incumplimiento. En cualquier caso, la razón de este principio radica, más que el presunto conocimiento de la ley (fundamento subjetivo), en la necesidad social de que las normas jurídicas tengan incondicionada y general aplicación (fundamento objetivo): admitir el principio contrario de la excusabilidad de la ignorancia de las leyes equivaldría prácticamente a entregar el cumplimiento de ellas a la voluntad de cada ciudadano. Entonces concluimos que autoridades ignoran la ley. Pero tan perverso es el ejemplo que la sociedad no tiene por qué hacer lo mismo. Sin embargo la propaganda del  actual viceministerio para la ilustración pública y propaganda de los éxitos de gestión como diseñó Paul Joseph Goebbels además del discurso oficialista pretende aquello, precisamente.

Las autoridades superiores y medias en el nivel central y las subnacionales, debieran buscar que la ciudadanía partícipe de un conjunto de medidas que defiendan su seguridad, respete los derechos de la vecindad, cumpla las normas, de ejemplo y favorezca el ordenamiento de su barrio, de su ciudad, de su municipio y de su departamento. Las autoridades electas y no electas debieran trabajar por construir un entorno,  sitios y lugares donde puedan irradiar consejos, desplegando ejemplos y haciendo que el beneficio de un colectivo ciudadano, sirva al resto para desempeñarse mejor en el acatamiento de leyes nacionales vigentes, normas departamentales y/o municipales en todos los ámbitos para los que fueron promulgadas, pero no, lo que menos hacen autoridades, es ponerse en las espaldas la dura tarea de ser ejemplo, de compartir paradigmas y menos insuflar ánimos para que se generen en algún ciudadano o colectivo ciudadanos acciones de demostración qué es posible conocer la ley, cumplirla y trabajar porque su aplicación provoque los resultados para los cuales fueron diseñadas. Seriamos otro país.

Las autoridades debieran tomar en serio este asunto para encarar programas de educación ciudadana, insistiendo en la disciplina del acatamiento a la ley como parte de la responsabilidad de convivencia armónica, tolerante y pacífica, pero sustentado en el ejemplo y en los resultados de una determinada normativa que beneficie finalmente a la comunidad donde se despliegue este esfuerzo.

Falta un diálogo de internación o inducción intercultural urbana y rural, institucional y organizacional para impulsar una conciencia ciudadana, basada en el ejemplo de las autoridades y en la vigencia de disposiciones que pongan freno a la indisciplina de la colectividad en su conjunto frente a lo que es la Ley y su imperio, como cuando un sector decide paralizar o bloquear inmisericordemente una ciudad o un área que conflictua a la ciudadanía que tiene sus derechos consagrados en la CPE, pero, que para algún sector el desconocimiento de aquellos derechos son a propósito, son conscientes y no pueden negar su vigencia.  Ojala algún actor público se anime a iniciar este proceso. Sería un buen tópico de campaña electoral.