Noticias El Periódico Tarija

Noviembre de 1934 y en especial los últimos días de ese mes fueron complejos y aciagos para Bolivia. Las relaciones entre el Presidente Salamanca y el Alto Mando militar eran pésimas por los resultados en la conducción de las acciones bélicas. Los resultados eran negativos y el costo en vidas era cada vez más alto.  A pesar de la guerra, se convocó a elecciones para Presidente y éstas se realizaron el 11 de noviembre. El candidato oficial Franz Tamayo  obtuvo el 59,2 % de los votos y derrotó a Juan María Zalles. Tamayo Presidente electo, nunca llegaría a posesionarse ante la realidad de los vergonzosos hechos de Villa Montes, protagonizados por los militares.

La causa de la guerra fue la permanente inquietud sobre la soberanía del Chaco Boreal, selva densa, hostil, seca y escasamente poblada. Cuando la guerra comenzó, Bolivia tenía la ventaja de una población tres veces mayor que el Paraguay y a su vez la gran desventaja de la apatía de la población pese a las expresiones de patriotismo principalmente de los jóvenes y contar con un ejército no preparado para confrontar una guerra. Paraguay contaba con el apoyo de sus ciudadanos y la logística de líneas de comunicación cinco veces más cortas que Bolivia.  Desde la  sede de gobierno, el ejército boliviano debía transitar más de mil setecientos kilómetros para llegar al teatro de operaciones, pasando por el altiplano, arribar a Villazon por vía férrea, bajar a Tarija en camiones y tramos a pie y luego continuar hasta el chaco en camiones por caminos precarios, puentes improvisados y soportar altas temperaturas.

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Lamentablemente, ambos ejércitos sufrieron a causa de sus modos de pensar al estilo siglo XIX sobre el bloqueo y el desgaste. Una guerra sin sentido, de masacres insensatas, de cambios vertiginosos de comandantes solo por el hecho de promoción y obtener su «boleto de combate», práctica que resultó ser la ruina de las Fuerzas Armadas bolivianas. Después de tres años extenuantes, Paraguay ganó paulatinamente suficiente terreno y declaró la victoria.

El verdadero vencedor fue Argentina quien apoyó al Paraguay para proteger sus intereses en el extranjero en la forma de exploraciones de petróleo, ganado y haciendas. El origen remoto del problema estaba en la imprecisa delimitación de las fronteras entre ambos países, lo que se remontaba a la época en que éstos nacieron a la vida independiente.

Para distinguirlo del Chaco Austral, territorio argentino, el Chaco Boreal  situado al norte del río Pilcomayo, estaba poblado por comunidades aborígenes hostiles a las expediciones que se aventuraron por él durante el siglo XIX. En lo diplomático, sucesivos intentos de arreglo limítrofe habían fracasado, y en los hechos, pequeños destacamentos de ambos países habían ocupado el territorio levantando fortines rodeados de atrincheramientos. En1928 se produjo un incidente que hizo temer una guerra que no se evitó, sólo se postergó. En 1931 asumía en Bolivia el presidente Daniel Salamanca, con la política de «pisar fuerte en el Chaco», traducida en la presencia del Estado en el Chaco con guarniciones militares en la zona.  Fue el preludio de una guerra insulsa.