Noticias El Periódico Tarija

Arturo Yáñez Cortes

No se sí en un arranque de pánico, sinceridad o de su conmiseración -o de todo eso y mucho más- el Presidente confesó a un diario mexicano que: “…no está preparado para irme a casa…” (¡!!Después de su laaargo periodo de gobierno!!!). Sostengo, recordando a un famoso humorista de la misma nacionalidad, que much@s pensamos inmediatamente: “Lo sospeché desde un principio”.

Y es que el jefazo de algun@s (cada vez menos, como fotografían encuestas recién publicadas) no se ha caracterizado precisamente por su espíritu y menos performance democrático. Más allá que seguramente durante el último decenio hayamos acudido reiteradamente a las urnas para votar (no elegir, que es muy diferente), es innegable que lo democrático no se agota sólo con el ejercicio del sufragio, peor cuando quienes los cuentan, sirven al gobierno. Ej: los vocales electorales de las 3 de la madrugada (hoy impunes…), cuyo producto es el trucho gobernador de Chuquisaca.

Cabrá recordar a esos efectos, que un genuino sistema democrático no es un producto acabado que podemos comprar empaquetado y con cinta colorichi en algún supermercado o khathu, es un proceso en permanente construcción, que entre otros, requiere por lo menos algunos de estos pequeños grandes detalles.

Autoridades públicas electas en un fair play electoral, es decir por elecciones limpias y libres, gestionadas por un organismo independiente de intereses partidarios (¿Las tenemos?, ¿Hubo un proceso de este tipo? ¿Existe un organismo electoral independiente?); respeto de la libertad de expresión (¿La gozamos tod@s?, ¿No existen sistemáticas represalias oficialistas por tal ejercicio?); libertad de asociación (¿Acaso por ejemplo l@s abogad@s no hemos sido obligados afiliarnos al MindeJusticia, so pena de inmediato proceso penal?. ¿Y las ONG´s?).

También, pasa por el respeto del Debido Proceso que hoy, es un instituto en extinción en la Bolivia plurinacional; crimen en la mayor parte de los casos perpetrado por operadores del sistema de justicia, pese a que están obligados como esencia de su función y existencia, a protegerlo….Por ello fundamentalmente, las libertades ciudadanas sólo existen en el papel –nueva CPE, nuevas leyes, etc- pero en la realidad, han sido sistemáticamente demolidas por el deformado poder estatal (léase gubernamental) y sus amarrawatos que le hacen el coro. El tercero imparcial (tribunales) o el defensor de la sociedad (fiscalía), salvo excepciones, está al servicio de quien…debiera ponerle límites. De los organismos de control, piense por ejemplo en el  “Defensor” del Pueblo y la Contraloría, mejor ni nos acordamos…, pues todos han sido puestos por el caudillo y fuera una soberana estupidez pensar que siquiera le van a sacar la lengua. El estado sujeto al imperio del derecho, hoy en Bolivia es un exotismo, absolutamente ajeno a esa deplorable realidad.

De ahí que otra de las características fundamentales de la democracia como es el respeto por la duración legal de los mandatos y su otra cara de la moneda consistente en la alternancia del ejercicio del poder, por supuesto que asustan al recordman del presidente, puesto que constituyen la antítesis de su pensamiento (no lo digo yo, me remito a su confesión precitada), al extremo que como lo prueba más allá de toda duda razonable su desempeño y el de sus conmilitones, a esta altura del partido que ya dura una década  fuera imposible no advertir que su gestión está principalmente signada por el delirio de reproducir su poder por los siglos de los siglos y a toda costa. Es que: “Cada vez que una democracia fracasa, alumbra un déspota”. Lo dijo VELIT GRANDA