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La III Cumbre Continental de Comunicación Indígena concluyó el sábado en Tiquipaya, Cochabamba, con una resolución que declara en emergencia a los pueblos originarios de la región por la política migratoria que pretende implementar el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y rechaza las acciones intervencionistas norteamericanas desplegadas en los países progresistas del Abya Yala.
El texto emitido en la cita comunicacional cuenta con diez acápites y fue aprobado por amplio consenso en ocho mesas de trabajo que contaron con la asistencia de 1.745 participantes de 258 medios de comunicación indígena y organizaciones políticas de 23 países.
El relator del documento, el ecuatoriano Franklin Columba, explicó que la resolución condena la política migratoria de Trump, porque en criterio de los participantes de la cumbre esa iniciativa es una acción política racista, xenófoba, sexista y misógina que pretende restringir los derechos universales de los habitantes del planeta.
«En ese contexto, el capitalismo global en manos de Donald Trump significa para los pueblos del mundo lo que Hitler fue para los judíos», sostuvo en la continuidad de la lectura del texto.
Columba agregó que la resolución plantea a nombre de los delegados de la cumbre de comunicación indígena, que en contraposición a esa nueva política norteamericana, se declare como vigente de la llamada «ciudadanía universal porque la Madre Tierra no tiene fronteras para sus hijas e hijos».
Por otro lado, el relator dijo que el documento final de la cita internacional rechazó enfáticamente la intromisión política del imperialismo norteamericano, porque se consideró que esa acción perpetra una «injerencia criminal» con golpes de Estado suaves, económicos, congresales y judiciales para destruir los procesos democráticos en varios países, entre ellos Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil, Argentina, Honduras y Paraguay.
Ante tal panorama, Columba manifestó que la declaración de la cumbre ratifica que los indígenas del Abya Yala están dispuestos a defender a los gobiernos progresistas, porque el accionar intervencionista de Estados Unidos afecta tanto a sus naciones como a los habitantes de sus regiones.
«Estamos convencidos de que la unidad de las naciones y pueblos indígenas originarios campesinos pueden contener la arremetida imperial constituyendo una política continental de comunicación para que así la fuerza de nuestros pueblos sean la muralla de dignidad frente al capitalismo», acotó en la lectura de una resolución complementaria del texto.
La declaración incluyó, finalmente, un acápite que demanda que los derechos de comunicación e información que nacen de la libertad de expresión sean descolonizados, para que el aporte de los pueblos del Abya Yala en la vida cotidiana para el «vivir bien» material y espiritualmente sea expuesto al mundo entero y valorado.