Tienes el hábito de juntar objetos inútiles en este momento, creyendo que algún día -no sabes cuando- podrás precisar de ellos.
Tienes el hábito de juntar dinero en cuentas bancarias o como se dice comúnmente bajo el colchón sólo para no gastarlo, pues piensas que en el futuro podrá hacerte falta.
Tienes el hábito de guardar ropa, juguetes, zapatos, muebles, utensilios domésticos y otras cosas que ya no usas hace bastante tiempo.
Tienes el hábito de guardar lo que sientes, broncas, resentimientos, tristezas, miedos,
personas, etcétera…
Pues no hagas eso. Eso es anti-prosperidad, puesto que es preciso crear un espacio, un vacío, para que las cosas nuevas lleguen a tu vida. Es preciso eliminar lo que es inútil en ti y en tú vida, para que la prosperidad venga. Es la fuerza de ese vacío que absorberá y atraerá todo lo que tú deseas.
Mientras estés material o emocionalmente cargado de cosas viejas e inútiles, no habrá espacio abierto para nuevas oportunidades. Así no lo creas los bienes precisan circular…
Limpia los cajones, los armarios, tu cuarto, el garaje. Da lo que tú no usas más a quien realmente lo necesita. La actitud de guardar un montón de cosas inútiles amarra tu vida.
No son los objetos guardados que estancan tu vida, sino el significado de la actitud de guardar. Cuando se guarda, se considera la posibilidad de falta, de carencia. Es creer que mañana podrá faltar y tú no tendrás medios de proveer tus necesidades. Con esa postura, tú estás enviando dos mensajes para tu cerebro y para tu vida:
1º Tú no confías en el mañana.
2º Tú crees que lo nuevo y lo mejor no son para ti, ya que te alegras con guardar cosas viejas e inútiles.