LEONEL SUAREZ Q./BOLINFO/TARIJA
(elPeriódico-oct 04/2016) El consultor ambiental de Ecuador, Marco Buestán, en su visita a Tarija, realizó una lectura de lo que posiblemente puede ocurrir con la nueva terminal de buses respecto al sistema sanitario con el que cuenta, ya que el mismo no estaría en condiciones de abastecer toda la carga orgánica de las personas que acudan a esta parada.
Buestán puso como ejemplo una situación acontecida en Ecuador, explicó que se contrató una empresa canadiense para montar el sistema de tratamiento del aeropuerto de Quito, agregó que se calculó el número exacto de vuelos que produce la terminal, su crecimiento, lo que derivó en un promedio anual de 3 millones de personas.
“Si uno se encuentra en algún aeropuerto de Europa y quiere saber dónde hay un boliviano, un ecuatoriano, pues es fácil, solamente hay que ubicar un grupo de personas –expuso Buestán-. Porque uno se encuentra que cuando viaja un ecuatoriano, boliviano o colombiano, siempre va a despedir la abuela, tío, cuñada, primo o vecino, porque culturalmente somos así, por el cariño que le tenemos acostumbramos acompañar al viajero hasta que se sube al avión”.
El consultor manifestó que con estas características culturales de Ecuador, resultó que el promedio de personas del cual se había calculado su capacidad superaba los 3 millones, sino que aumentó a 5 millones por la frecuencia de personas que acudían a despedir a sus familiares, lo que hizo colapsar la planta de tratamiento.
“Factores culturales como estos pueden provocar que un sistema de tratamiento, en este caso no conozco a detalle el proyecto de la terminal, esperamos que se cuente con un sistema de tratamiento con biodigestores que van provocando una mejora del agua y si no hay, va colapsar”, expuso Buestán.
Buestán quien realizó un trabajo de consultoría ambiental para la curtiembre San Juan y San Lorenzo, advirtió que de nada servirá que estas industrias asuman las medidas de mitigación a la contaminación ambiental a la quebrada Cabeza de Toro, ya que al provocarse un colapso de las aguas residuales de la terminal, significará una carga contaminante alta para el arroyo.
El experto recomendó invertir para que se realice un buen tratamiento de las aguas residuales de la nueva terminal, lo que puede provocar una merma casi total de la carga orgánica. “Pero considero que debe haber un sistema de retención de sólidos, de detección de grasas, y quizás un sistema de biodigestión que debe estar dentro del tanque, creo que eso es lo mínimo que deberían haber hecho, y si no lo hubiesen hecho realmente sería grave”, puntualizó Buestán.
El fiscal de obras, Rodrigo Ichazu, quien estuvo a cargo de la supervisión técnica de la nueva terminal, informó que por intermedio de una consultoría de estudio previo, se establece un componente que toma en cuenta la situación geográfica de las edificaciones por el tema del desnivel, mismo que reconoce que no existe el sistema de alcantarillado que es administrado por la Cooperativa de Servicios de Agua y Alcantarillado de Tarija (Cosaalt), por lo que determina emplazar un tanque de tratamiento.
“En realidad toda la zona de El Portillo no tienen conexión a un sistema sanitario, entonces se contempló la construcción de un tanque hijo de aguas residuales, que es un tanque que tiene doble función, de recepción y procesamiento de aguas residuales –dijo Ichazu-. Entonces en función a la capacidad de los usuarios promedios que pueden usar, que viene a ser 3000 personas al día, por ende hemos determinado la capacidad del tanque que es de 240 metros cúbicos”.
Ichazu explicó que el tanque tiene una dimensión de 11,70m de largo por 4,30m de ancho y 4,80m de alto, remarcó que tiene dos superficies, una capa de nivel superior que capta las aguas servidas y la inferior que donde se realiza el proceso anaeróbico de oxigenación. (eP)