En repetidas oportunidades manifestamos que en lo referente a la «Chanchería de Pampa Galana» y lo que había avanzado, se debía transparentar la información al extremo por la altísima susceptibilidad surgida, no sólo por la calidad de la carne de cerdos que se los estuvo comiendo la gente, sino por las medias verdades que se manejaron sobre la presencia o no de los porcinos en el botadero y más.
Cuando se anunció que se iban a realizar exámenes de laboratorio a los cerdos, también preguntamos qué se estaba buscando para saber dónde se iban a realizar esas pruebas, de manera que tengamos como ciudadanos las garantías suficientes de que se lo haría seriamente, responsablemente, cuidando la salud pública. Desde el jocoso episodio aquel en el que desapareció el porcino que había secuestrado la fiscalía hasta el hecho del decomiso de varios especímenes, supuestamente al azar, de los corrales clandestinos ubicados en proximidades del basurero municipal, las dudas se fueron acentuando al respecto. Sin duda que tal proceder se debía dar sorpresivamente pero fue tan lento el actuar del Ministerio Público cuando se podía tranquilamente haberlo hecho mucho antes y sin tanto misterio, explicándole a la población detalles de la operación para así generarle confianza. Supuestamente se secuestraron cerditos criados en el basural pero…¿quién garantiza eso?, ¿cómo sabemos si los animales seleccionados no son realmente de Pampa Galana y más bien fueron llevados desde una granja donde fueron engordados legalmente con alimento balanceado?, se dijo en ciertos momentos que los chanchos ya no estaban ni en los corrales y a la fiscalía no le preocupó averiguar qué había pasado con ellos considerando que se trata de más de 2000 animales. De alguna manera se aseveraba que esa era la razón por la que no podían «atrapar» unos cuantos ejemplares para someterlos a análisis de laboratorio.
Otro aspecto que preocupa es el relacionado a ¿quién hizo esas pruebas?, ¿de qué laboratorio estamos hablando?, ¿se encuentra en la ciudad de Tarija?, ¿ está en otra ciudad?, ¿tiene experiencia en casos similares o no?, ¿ qué se buscaba en los porcinos cuando se los sometió a esos exámenes?, ¿se buscó lo que debe preocuparnos para confirmar o descartar posibilidades?. Como Ud. lo puede notar, hay más preguntas que respuestas y no aparece nadie que las responda, aún queremos confiar que los representantes del Ministerio Público hayan tomado todos los recaudos y previsiones que este caso merece, en especial porque la salud de la gente está en juego, comprendiendo que todo lo que se mostró responde a imágenes y situaciones absolutamente reales. No queda más que confiar aunque no se puede negar que la escasa información abre dudas razonables sobre la transparencia de todas estas actuaciones, esperamos que nuestros fiscales y autoridades nos demuestren que estamos equivocados.