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(ABI).- El presidente Evo Morales y más de un centenar de personalidades reconocidas en el mundo suscribieron un extenso manifiesto por la paz en Colombia impulsado por la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad.

Entre las personalidades de reconocida trayectoria están el vicepresidente de Uruguay, Raúl Sendic; el premio nobel de la paz, Adolfo Pérez Esquivel; el escritor norteamericano Noam Chomsky; y el ex presidente de Paraguay, Fernando Lugo.

El documento también fue suscrito por el gabinete ministerial y varios legisladores de Bolivia.

El acuerdo de paz entre el gobierno de Colombia y las Fuerzas Revolucionarias de ese país (FARC), plasmado en un texto de 297 páginas, incluye complejos temas como el acceso a la tierra para los campesinos pobres, garantías para la participación en política de los guerrilleros desmovilizados y la lucha contra el narcotráfico, entre otros.

Ese acuerdo debe ser firmado por el Presidente de Colombia y el líder de las FARC, Timoleón Jiménez, alias Timochenko, aunque la firma se hará efectiva si los colombianos aprueban el pacto en un plebiscito que se fijó para el próximo 2 de octubre.

En ese manifiesto, la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad de ese país, se suman a ese compromiso y expresan el deseo de trabajar con denuedo para que se afirmen las condiciones que aseguren la participación de toda la sociedad colombiana en la construcción de una paz mediada por una cultura de reconciliación, convivencia, tolerancia y no estigmatización.

Además, asegurar el reencuentro, sin venganzas ni violencias, del pueblo que se fue a las armas con el pueblo que ha resistido en silencio una situación de opresión y de negación de sus más elementales derechos.

En el manifiesto abogan para que el fin del conflicto y la implementación de las reformas establecidas en el Acuerdo Final, constituyan la principal garantía de la no repetición de hechos semejantes, así como una vía expedita para asegurar que no surjan nuevas generaciones de víctimas.

«Apoyamos todas las medidas que ambas partes han acordado para un reconocimiento mutuo verdadero y la voluntad de resarcir los daños producidos directa o indirectamente por un enfrentamiento que ha causado por más de 50 años víctimas inocentes, separación de las familias, migraciones internas, desplazamientos obligados, mutilaciones, violaciones, desapariciones, muertes y profundas heridas en el alma social», señala uno de los párrafos de ese documento.