Sueños limpios: cada cuánto se deben cambiar las sábanas

(INFOBAE) Dormir es tan importante para la salud que hasta ocupa la tercera parte de la vida de una persona. Esto quiere decir que todo lo que pueda perturbar o disminuir la calidad del descanso estará afectando su bienestar. Sin embargo, además de cómo se duerme, cuánto tiempo o en qué posición, es importante el dónde.

Uno de los hábitos más placenteros al momento de descansar es meterse en una cama con sábanas limpias. Sin embargo, diversas encuestas a nivel global demostraron que no mucha gente las cambia regularmente. Incluso a veces el cambio de la ropa de cama puede llegar a dilatarse por meses. Sin embargo, María Marlowe Leverette, una experta en telas y su cuidado, reveló que dormir tanto con sábanas como con ropa sucia puede ser muy perjudicial para la salud.

En declaraciones al portal de noticias ATTN, la especialista explicó que durante el sueño se suceden una serie de funciones en el cuerpo que repercuten en la higiene de la cama: «Durante el sueño, todavía sudamos y liberamos aceites y fluidos corporales, por eso es posible encontrar saliva, orina, fluidos genitales y materia fecal en las fibras de las sábanas». Y agregó: «Si las sábanas no se lavan con regularidad y quien duerme en esa cama tiene heridas o cortes existe la probabilidad de que se infecte. El pie de atleta y otros hongos muchas veces son transferidos a través de las telas».

Además, Leverette añadió que, al evitar el lavado regular, la ropa sucia puede contaminar otras partes de la cama. «Limpiar de manera infrecuente las sábanas y fundas permite que los fluidos se filtren en las almohadas y colchones, que son mucho más difíciles de limpiar». Con el fin de evitar tener una cama antihigiénica, María recomienda que se laven y cambien las sábanas al menos una vez por semana para mantenerlas frescas.

Sin embargo, en 2014, en una encuesta del portal de noticias YouGov sobre hábitos domésticos, el 35 por ciento de los adultos dijo cambiar la ropa de cama una vez por quincena, sólo un tercio aseguró que se lavaban las sábanas una vez por semana.

Por otro lado, cinco millones de adultos en Estados Unidos confesaron que no se molestaban en lavarla más de una vez al mes. No obstante, ante la pregunta de cada cuánto consideraban que no lavar las sábanas se convertía en algo antihigiénico, la mitad de los encuestados contestó que entre dos y tres semanas.

Además de la prevención de posibles infecciones y de evitar dormir en un ámbito antihigiénico, limpiar y ventilar las sábanas es importante porque por la noche el cuerpo «arroja» células muertas a la cama, que atraen a los famosos ácaros del polvo, arácnidos microscópicos que se alimentan no de la sangre, como se cree, sino de esta piel muerta. El problema, de todas formas, no son los ácaros, que de por sí son inofensivos, sino su excremento, que tiene un potente poder alergénico. Dormir con mascotas también amplifica este efecto.

Estas partículas en suspensión en el aire pueden penetrar en el sistema respiratorio y provocar respuestas fisiológicas y bioquímicas que conducen luego a alergias y enfermedades como el asma. Esas mismas partículas son las que, al no lavarse las mudas de cama, se acumulan y convierten las sábanas en una tela muy pesada. Para evitarlo, lo mejor es un lavado frecuente y efectivo de cada juego de sábanas una vez por semana, una buena ventilación de la tela entre noche y noche y, si es posible, exposición al sol.

«El excremento de los ácaros puede ser fácilmente eliminado a través de un lavado con agua caliente. Por no lavarse las sábanas con frecuencia, los aceites y los líquidos se acumulan y penetran las fibras, haciéndolo mucho más difícil de quitar», agregó la experta. También aclaró que en épocas de calor, cuando se suda mucho por la noche, o en sábanas donde haya dormido alguien enfermo es necesario lavar con más frecuencia. «Si usted alguna vez siente que las sábanas, incluso limpias, huelen ligeramente rancias o añejas, quiere decir que esas sábanas no están limpias del todo», concluyó la experta.