ERBOL
Cuatro personas han muerto como consecuencia del descarrilamiento de un tren portugués con 65 personas a bordo, que se ha producido en la mañana de este viernes junto a la estación de O Porriño (Pontevedra). El accidente ha ocurrido a unos 200 metros del apeadero. Dos de los fallecidos son trabajadores ferroviarios: el maquinista, de nacionalidad portuguesa, y el interventor, vecino de Vigo. Las autoridades han abierto una investigación sobre las causas del accidente y han procedido ya a extraer los datos de la caja negra del tren, según han confirmado fuentes judiciales.
El ministro de Fomento en funciones, Rafael Catalá, se ha trasladado al punto del accidente y ha informado de que en el lugar se estaban realizando obras de mantenimiento, unos trabajos que obligaban a los trenes a desviarse a una vía provisional y reducir la velocidad. El tren, un modelo diésel de la serie 592, superó una amplia revisión en mayo, ha añadido Catalá, así como una inspección más superficial ayer mismo en Oporto. «Tanto maquinista como tren tenían todas las certificaciones y garantías adecuadas al reglamento de circulación ferroviaria», ha resaltado el ministro.
El director asistencial del 061, José Carlos Fontoira, ha explicado que 47 personas han resultado heridas, siete de ellas graves y una muy grave, una cifra que posteriormente el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha reducido a 46. En el lugar del accidente, Feijóo ha explicado que, según los bomberos, «podría haber una quinta víctima [mortal], pero que aún no está localizada».
El denominado tren Celta, que había partido de Vigo a las 9.02 con destino Oporto, ha descarrilado sobre las 9.25 por razones que se desconocen. En el tren iban 63 viajeros, el maquinista y el interventor. El operador del tren, la empresa lusa Comboios de Portugal, ha descartado que las obras en la zona hayan tenido relación con el accidente. La compañía niega un fallo humano o técnico y alude a «circunstancias anormales» pendientes de aclarar.
Los primeros datos indican que el tren chocó contra un puente sobre el que discurre la N-120 y que se detuvo tras impactar contra una torreta de acero. De los tres coches que conformaban el convoy ha volcado el de cabeza mientras los otros dos han resultado ligeramente afectados.
La mayoría de los pasajeros han abandonado el tren por su propio pie, caminando por las vías, incluso algunos de los que se encontraban heridos. De los 46 heridos, 20 han sido evacuados al hospital Álvaro Cunqueiro, 14 al hospital Povisa (ambos en Vigo), nueve al de Fátima y el resto al centro de salud de O Porriño.
«No se teme por la vida de ninguno de los heridos», ha precisado el director asistencial del 061. La policía confirmó que tres víctimas mortales fueron rescatadas del tren accidentado. La cuarta víctima mortal perdió la vida en el hospital Álvaro Cunqueiro. Feijóo ha confirmado que entre los pasajeros había un estadounidense, varios sudamericanos, un británico, un coreano y un italiano.
Testigos presenciales que viajaban en uno de los convoyes declararon que el tren iba a bastante velocidad y frenó bruscamente, provocando la caída de maletas y otros enseres del pasaje. El trayecto que realizaba era un trazado de línea recta donde aparentemente no había obstáculos en la vía. La alcaldesa de O Porriño, la socialista Eva García de la Torre, ha asegurado que recientemente se hizo en la zona un arreglo para que los convoyes que pasan «por el medio del pueblo» circulasen a menor velocidad. García de la Torre añadió que el tren chocó inicialmente contra la base de un puente, en una zona «en la que no hay mala visibilidad».
ADIF, el gestor de infraestructuras ferroviarias dependiente del Ministerio de Fomento, ha informado de que se ha «interrumpido el tráfico ferroviario entre las estaciones de Louredo-Valos y O Porriño (línea Pontevedra-Tui-Portugal)». La empresa ha abierto una investigación para intentar conocer las causas del siniestro, mientras el Juzgado de Instrucción número 2 de O Porriño, en funciones de guardia, ha asumido el caso, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Galicia.
El tren pertenece a Comboios Portugal, la Renfe portuguesa, y el maquinista es natural del país vecino del Oeste, según Renfe. La firma española y la portuguesa prestan de forma conjunta desde 2011 el servicio ferroviario entre Vigo y Oporto. Cada día circulan dos trenes internacionales por sentido en este recorrido (Tren Celta) y la duración del viaje es de dos horas y 15 minutos, según ha confirmado Renfe.
El tren accidentado es un automotor diésel de la serie 592 que data de los años 80. Estos modelos se conocen popularmente en el sector como camellos, por la joroba que tienen en la parte superior para albergar el aire acondicionado. Fueron construidos entre 1981 y 1984 por Macosa y Ateinsa (actual Alstom), aunque fueron sometidos a remodelación a partir de 2002, según datos de Renfe. El tren pertenece a esta firma española, que lo tiene alquilado a Comboios Portugal.