Noticias El Periódico Tarija

Estos últimos años que se siente la política mucho más que antes, vemos como la plaza «Luis de Fuentes» de la ciudad de Tarija, capital de Departamento, dejó de ser el punto de encuentro de amigos entrañables, ya no es más donde se camina dando vueltas para cruzarse con quien uno espera como sucedía tiempo atrás, ya no hay más retretas, ya no queda nada de lo que fue… esta importante plaza de armas se ha convertido en el epicentro de las protestas, quejas y reclamos de sectores, organizaciones sociales, vecinos y de quien quiera hacerse escuchar. Mucho tiene que ver la presencia de instituciones como la Gobernación, la Asamblea Departamental, la Alcaldía, el Concejo Municipal y ahora la Subgobernación de la provincia Cercado por si fuera poco, ademas que en cada una están sus respectivas autoridades, aunque el municipio y el alcalde se mudaron a otra zona. Pero existe otro elemento que debe considerarse seriamente, todos los medios de comunicación tienen equipos de prensa asignados en esta área  pues allí se genera la actividad política y quienes elevan la voz saben que sin los medios su mensaje no tendría el eco y la repercusión que buscan, es decir, hay otro poder sin sede que funciona también allí.


Desde marchas, manifestaciones, vigilias, actos proselitistas, posesiones y «discurseadas», eventos institucionales, etc., todo pasa por la plaza, lo irónico es que existe una norma que prohibe que se le de ese uso y que se permitan las actividades mencionadas pero nadie la hace cumplir. Si antes era motivo de orgullo, centro social y turístico, hoy casi da vergüenza que quienes nos visitan vean en lo que se ha convertido nuestra plaza, es tiempo ya que se ponga orden y se aplique el principio de autoridad, serán pues esas autoridades llamadas por ley que tendrán que «incomodarse» y preocuparse, se precisan decisiones que simplemente hagan que la ley se cumpla, no es tan difícil, lo que si es seguro es que al principio generará la molestia de quienes considerarán coartados sus derechos.

No puede pasar desapercibido que al mismo tiempo, el tener nuestra plaza bloqueada ocasiona que el caos vehicular que de por si ahoga al centro de la ciudad en especial, se amplifique desproporcionadamente, multiplicando los problemas en la calles aledañas, por eso ciertas líneas de taxis no quieren escuchar de llevar pasajeros por ahí, pues significa quedarse en medio de «trancaderas» y embotellamientos que hacen perder el tiempo, además de los gritos, insultos y bocinazos propios de la ocasión. Convocamos a las autoridades a cumplir con sus obligaciones y responsabilidades en este orden, el tiempo ha llegado, le devolvamos su esencia a nuestra plaza, la recuperemos para la gente que no quiere marchas, huelgas y bloqueos, para quienes quieren ver y encontrar en ella uno de los lugares más lindos, cuidados y atractivos de la ciudad.