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(INFOBAE) 3.700 millones de años. Ésa es la edad que tendrían los residuos de material microbiano fosilizados en nieve encontrados en Isua, sudoeste de Groenlandia, por científicos australianos, según lo publicado en la última edición de la revista Nature. Paradójicamente, los investigadores se cruzaron con el descubrimiento «gracias» al calentamiento global, que les permitió ver capas inferiores que antes permanecían cubiertas por nieve.

Al examinar el área, de inmediato vieron algo intrigante que les llamó la atención. Eran estructuras cónicas de entre uno y cuatro centímetros que nunca habían visto allí, pese a que trabajan en el lugar desde principios de los años 80. «Todos dijimos: ‘Esto es fabuloso, parecen estromatolitos'», indicó Allen Nutman, de la Universidad de Wollongong.

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Los primeros exámenes sobre las rocas arrojaron un dato que los sorprendió: se habían formado hace 3.700 millones de años. La anterior marca histórica sobre este material biológico había sido descubierta en el oeste de Australia: tenía 3.500 millones de años. Este representaba el primer indicio de vida en la Tierra. El nuevo hallazgo deja atrás esa presunción.

Pero los científicos australianos no creen que ésta sea la primera forma de vida en la Tierra, aunque sí un «descendiente» que debió tener orígenes muchos millones de años antes. Quizás más de 4.000 millones. «Los estromatolitos son verdaderamente complejos, entonces debe haber tenido mucha evolución desde que comenzó la vida hasta que los estromatolitos aparecieron. Por eso la vida tuvo que empezar más temprano, o la evolución es más rápida de lo que esperamos», explicó Sara Walker, una astrobióloga de la Universidad del Estado de Arizona, quien participó del nuevo estudio.

El nuevo hallazgo, sin embargo, sí habla de la velocidad de la evolución, teniendo en cuenta que entre el descubrimiento de Australia y el de Groenlandia hay una diferencia de 200 millones de años. La Tierra se formó hace 4.500 millones de años –como el resto de los planetas que conforman el sistema solar– y durante cientos de millones fue «bombardeada» con todo tipo de restos del universo. Incluso, un objeto del tamaño de Marte también golpeó contra la Tierra, lanzando al espacio el material que luego habría formado la luna, según consignó The Washington Post.

«El origen de la vida, al menos en un planeta como el nuestro, es mucho más rápido, y crees que es mucho más simple de lo que uno podría imaginar. En la medida en que eso sea cierto, la vida debe ser abundante en el universo… porque hay muchos planetas como la Tierra allí afuera», indicó J. William Shopf, un paleobiólogo de la Universidad de California en Los Ángeles.

Para el periodista especializado en temas científicos Joel Achenbach, «una temprana aparición de vida en la Tierra tiene implicancias de abundante vida más allá de la Tierra. La vida en una temprana Tierra podría implicar que la vida es un desarrollo rutinario en el universo y podría ser, como indicó el premio Nobel Christian de Duve, un ‘imperativo cósmico'».

Marte sigue siendo aún el planeta inhabitado para hallar algún indicio de vida extraterrestre. «Hace 3.700 millones de años, Marte era húmedo. Si la vida pudo arreglarse para evolucionar y producir vidas como los estromatolitos, hace 3.700 millones de años, hay una probabilidad creciente -ciertamente no es una certeza- de que el mismo tipo de proceso haya ocurrido en Marte antes de que se secara», concluyó Nutman.