(BBC) ¿Qué tienen en común un taxi londinense, una lata de gas lacrimógeno y un prometedor piloto de Fórmula 1 llamado Bertrand Gachot?
Todos jugaron un pequeño pero potencialmente significativo papel en el desarrollo del alemán Michael Schumacher como el más grande corredor de autos de la historia.
«Yo fui el tipo que estuvo en el lugar equivocado en el momento equivocado, el que le entregó a Schumacher la oportunidad de brillar», dijo Gachot a la BBC.
Fue hace 25 años que el piloto francés se vio involucrado en un incidente que, al final, cambió la historia de las carreras de automovilismo.
En ese entonces, Gachot era un espectacular joven piloto en la recién formada escudería Jordan. Había llamado la atención con una serie de llegadas entre los primeros diez en la primera mitad de la temporada de 1991, así como al coronarse campeón de la carrera 24 Horas de Le Mans.
Sin embargo, apenas dos días después de registrar la vuelta más rápida en el Gran Premio de Hungría, se encontraba frente a un tribunal.
A comienzos de ese año, Gachot había estado involucrado en un leve accidente con un taxi en Londres. La situación degeneró en una discusión y Gachot sacó una lata de gas lacrimógeno y se lo roció en la cara del taxista.
«Realmente no pensé que llegaría a mayores», dijo Gachot, que ahora tiene 53 años.
«Estamos hablando de algo que era realmente insignificante y básicamente yo me estaba defendiendo con el gas lacrimógeno», explicó.
«Pensé que eso era lo que se suponía que hiciera y nunca lo consideré como un arma. Realmente pensé que estaba en mi derecho y que no había hecho nada malo».
En esa época, el gas lacrimógeno era ilegal en Reino Unido y Gachot no se percató de la gravedad de la situación. Esperaba que le dieran una multa y un par de días en la cárcel, como máximo. Pero lo sentenciaron a seis meses.
«No tenía idea que estaba arriesgando mi libertad», expresó.
«Una vez entré a la cárcel pensé que me quedaría durante el fin de semana pero, entonces, llegó mi abogado el lunes a decirme que serían meses».
Terminaron siendo dos meses, cuando la sentencia original fue reducida tras una apelación.
No obstante, fue suficientemente larga la estadía en prisión para que el dueño de la escudería, Eddie Jordan, necesitara un piloto para reemplazarlo temporalmente.
Ese piloto fue Michael Schumacher.
«Alguien en prisión me dijo que el equipo había contratado a un alemán y que ya no me necesitaban más», recordó Gachot.
«Cada vez que pasaba por el frente de mi celda hacía un ruido imitando un auto de Fórmula 1, diciéndome que ese piloto era muy bueno y que ya no me necesitaban».
El atormentador de Gachot pudo solo estar bromeando pero Schumacher ciertamente estaba causando una sensación.
En su debut en Fórmula 1, el corredor de 22 años produjo un impresionante desempeño para alcanzar el séptimo puesto de largada para Jordan.
Un problema con el automóvil impidió que Schumacher terminara la carrera pero su desempeño durante la clasificación fue suficiente para convencer a los directores de Jordan que tenían un verdadero talento en sus manos.
También había llamado la atención de otras escuderías y Benetton actuó rápidamente para asegurar sus servicios. A partir de ahí, su ascenso al dominio de Fórmula 1 fue meteórica, con el primero de siete títulos mundiales en 1994.
Para cuando Gachot salió de la cárcel, se había perdido de cuatro carreras y su plaza en Jordan había sido ocupada por Alex Zanardi.
Terminó corriendo para Larrousse pero no fue capaz de repetir la forma que había alcanzado en la primera parte de la temporada con Jordan.
Después de dos años alejado del deporte, Gachot cumplió dos temporadas más con Pacific, antes de abandonar la Fórmula 1 para siempre, en 1995.
Para entonces, Schumacher ya era bicampeón y estaba apunto de empezar su carrera con la legendaria escudería Ferrari.
Las carreras de estos dos pilotos pueden haber tomado caminos diferentes pero Gachot insiste en que no siente animosidad alguna contra Schumacher.
«Schumacher mereció la carrera que tuvo», aseguró.
«Yo no fui quien lo hizo, él se hizo a sí mismo, tomó la oportunidad y la aprovechó», añadió.
«Seguro que me lamento y pude haber hecho las cosas diferente pero me siento en paz».