LIDIA AZURDUY R./BOLINFO/TARIJA
(elPeriódico-agosto 28/2016) En la sombra, bajo anonimato, con la dulzura que sólo un corazón voluntario tiene a través de pequeñas acciones, que requieren de esfuerzo y tiempo pero por sobre todo decisión. Sin esperar que alguien más proceda, sino con el firme deseo de aportar y cobijar a un grupo de perros callejeros.
Estas acciones se ven plasmadas en la instalación de casas para perros que viven en la calle, pero que por su propia naturaleza en muchas ocasiones ya no son vistos como ajenos, ni como intrusos sino que desde las veredas y con actitudes leales se convierten en mascotas de toda una vecindad.
Motivados por el sólo hecho de brindar un techo, agua y comida a estos fieles acompañantes, personas de buen corazon decidieron construir casas de primera calidad, que vemos en imágenes para asistir y cobijar a los perros callejeros.
El agradecimiento, esta vez no vendrá a través de reconocimientos, condecoraciones o aplausos sino aún más gratificante a través de la mirada llena de amor de otro ser vivo, para algunos constituyen un perjuicio para la vecindad, pero hay quienes han comprendido que el hombre es un habitante más dentro de un mundo del que es parte y no dueño.
Al margen de estas loables actitudes, se requiere la acción continua de las autoridades de turno para controlar la reproducción de canes, así como las vacunas periódicas para evitar enfermedades que también pudieran repercutir en la vida del hombre; por lo pronto es destacable encontrar este tipo de labores que devuelven el aliento y sobre todo la esperanza para creer en una mejor sociedad. (eP)
“Casi todas las cosas buenas nacen de una actitud de aprecio por lo demás”
Dalai Lama