(INFOBAE/AFP) «Existen serios indicios de la existencia de una agrupación irregular formada por oficiales y suboficiales de la PNP (Policía Nacional del Perú), que, para obtener ventajas personales, habría falseado información de inteligencia que simulaba enfrentamientos y abatió a personas por lo menos en seis casos», afirmó el viceministro de Orden Interno, Rubén Vargas, al leer las conclusiones de un informe oficial.
El documento menciona que se contabilizaron al menos 20 presuntos delincuentes ejecutados en seis acciones policiales en diferentes poblados del país.
Las nuevas autoridades peruanas (tras el cambio de mando presidencial a fines de julio) informaron que el escuadrón estaba conformado «por un oficial y por lo menos siete suboficiales que habrían intervenido indistintamente en cada uno de estos hechos», detalló Vargas, quien evitó precisar si el número de policías comprometidos bordeaba el centenar, como había señalado la prensa local a inicios de mes citando fuentes policiales.
«El comando general de este grupo estaba a cargo de un coronel, actualmente general», agregó el viceministro, que no reveló la identidad de los policías involucrados en este «escuadrón de la muerte», como lo ha bautizado la prensa.
El informe, preparado por un grupo de trabajo del ministerio del Interior en las últimas dos semanas, será entregado a la fiscalía para judicializar el caso y abrir un proceso penal si corresponde, acotó la autoridad peruana.
La unidad policial actuó impunemente bajo el paraguas de haber sido supuestamente constituida como un «grupo especial de inteligencia contra el crimen organizado».
La mayoría de las acciones se realizaron entre 2011 y 2016, durante el gobierno del presidente Ollanta Humala, y una se concretó en 2009, cuando gobernaba Alan García. Por esas acciones, el jefe del escuadrón fue ascendido en dos ocasiones y obtuvo seis condecoraciones en mérito a su labor contra el crimen.
Esos beneficios, según diversas publicaciones de prensa que destaparon el caso, tienen que ver con incentivos económicos y ascensos en la institución en recompensa por la captura de bandas criminales.
El nuevo ministro del Interior, Carlos Basombrío, quien asumió el cargo el 28 de julio con la llegada al gobierno del presidente Pedro Pablo Kuczynski, había declarado hace una semana que se tenía «identificados» a los integrantes del escuadrón.
El escándalo fue denunciado por «buenos policías» que quieren limpiar la institución, había dicho el 11 de agosto el ministro del Interior.
La creciente ola de inseguridad ciudadana, con asaltos en restaurantes y negocios a plena luz del día, y asesinatos a cargo de sicarios, es uno de los temas que debe combatir el presidente Kuczynski y que figura entre las mayores preocupaciones de los peruanos, según todos los sondeos.