Noticias El Periódico Tarija

Gary Antonio Rodríguez Álvarez

(Economista y Magíster en Comercio Internacional)

Contrariamente a lo que se oye -que la economía boliviana está de maravillas, pasando por alto las penurias, pérdidas, quiebras, cierres y despidos en el sector empresarial- el Presidente Evo Morales mostró el 6 de Agosto de 2016 cuál es el verdadero estado la economía: si nuestro PIB crece -pero crece menos- y el desempleo va en aumento, no cabe caer en un triunfalismo macroeconómico cuando hay muchos que sufren en el día a día de la microeconomía.

El crecimiento del PIB es un porcentaje que no refleja las particularidades económicas. Así como para calcular la inflación-promedio se considera los productos que bajaron de precio igualmente los que no subieron y los que sí lo hicieron, ese numerito es apenas un indicador global que no expresa en lo particular a cada producto. Igual pasa con el crecimiento económico.

Se dice que crecimos 4,95% a marzo del 2016 y el Presidente Morales se preocupó de que a mayo fuera un 4,3%. Sea cual fuere el número -que estando por encima del 4,5% obligue el día de mañana al sector legal de la economía a pagar un segundo aguinaldo- la presente reflexión adquiere la mayor importancia cuando Bolivia: registra déficit fiscal, caída de Reservas Internacionales Netas, baja en las exportaciones, déficit comercial, precios deprimidos y otras cifras que avizoran problemas en una economía no blindada, habida cuenta que el crecimiento económico no refleja las vicisitudes del sector maderero, textil y agropecuario -por citar tres casos- con cierre de empresas por pérdida de mercados interno y externo para los dos primeros, y un severo impacto económico por la sequía y plagas, para el tercero.

Como Ud. seguramente no es economista, voy a graficar con un ejemplo: el 2015 Pedro tenía 3 micros; Juan, 2 micros; Jorge sólo 1, que además estaba pagando.

En el 2016, Pedro compró 4 más y sumó 7; Juan mantuvo sus 2, pero a Jorge le vino la mala racha: le chocaron, lo demandaron, vendió el micro para pagar daños, se quedó a pie y endeudado.

Si se fija bien, en el 2015 cada uno de aquellos tenía 2 micros “en promedio” (lo que no era verdad) pero en el 2016 pasa algo peor: ahora el numerito es de 3 micros para cada uno, cuando: Pedro tiene 4 más (creció harto), Juan tiene 2 (no creció) y Jorge está frito.

¿Qué si fuera obligatorio que cada uno lleve pasajeros? Los dos primeros podrían, pero Jorge debería endeudarse más, para cumplir el mandato. Igual pasa con las empresas, especialmente cuando los costos internos suben…¿la consecuencia? ¡Más desempleo!

 Santa Cruz, agosto de 2016