(ERBOL) Después del voraz incendio y un arduo trabajo de control de la Unidad de Bomberos, la Policía concluye de manera preliminar que las casas-depósitos y edificios con “galerías comerciales” de la zona Uyustus y calles adyacentes de La Paz, operan sin normas de seguridad que debían tener, tomando en cuenta la magnitud del negocio que mueven y la cantidad de gente que reciben diariamente.
El incendio puso otra vez al desnudo las precarias condiciones en las que funcionan los negocios comerciales y los puestos de venta. El año pasado estos puestos de 1 por 1.5 metros, sufrieron otro incendio que dejó a varios comerciantes en virtual quiebra económica porque perdieron gran parte de su mercadería.
La madrugada del viernes, el depósito de la empresa Casa Azul fue el germen del mayor incendio de la historia en esta zona, donde se comercializa al por mayor o al detalle ropa, electrodomésticos, juguetería y otras mercancías.
Tras el incendio sobre la calle Incachaca, la Policía en coordinación con la Alcaldía suspendieron las actividades por tres días hasta que retorne la normalidad las condiciones de salud y seguridad. Los comerciantes de la zona se quejaron por las pérdidas que ocasionan esa medida de prevención.
El comandante de Bomberos, Jorge Ramírez, dijo que existen normas establecidas que dan los parámetros para la prevención y protección contra incendios.
“Todos los comerciantes, dirigentes de los sindicatos y propietarios de estos inmuebles que tienen depósitos deberían acogerse a las normas, con la finalidad de garantizar sus bienes, su patrimonio, la vida de ellos y de los que viven alrededor de cada edificio”, manifestó.
Precisó que en el caso de estos depósitos, lo mínimo que debía existir son detectores de humo, rociadores, una boca de incendio que es diferente a un hidrante. El hidrante es para el abastecimiento de los vehículos contra incendios, pero las bocas son cabinas que están provistas de mangueras, rociadores o dispersores.
Explicó que estos instrumentos permiten al mismo usuario o dueño de un edificio, hacer uso y controlar el fuego en su inicio. El ministro de Gobierno, Carlos Romero anunció que trabajarían en una norma de efecto inmediato para prevenir incendios como el ocurrido el viernes, sin descartar una revisión total de las instalaciones eléctricas que al parecer, son precarias en esa zona.
La Policía informó que utilizaron 60 mil litros de agua en un operativo que duró casi ocho horas con la participación de Bomberos, la Alcaldía, y Sabsa. Esta última fue determinante para controlar la expansión del fuego que consumió toda la mercadería depositada desde la planta baja hasta el cuarto piso de edificio.
A más de 24 horas de ocurrido el incendio, el dueño de Casa Azul no logra cuantificar las pérdidas materiales, además de los perjuicios ocasionados al comercio asentado en la calle Incachaca, donde la totalidad de las casas particulares se convirtieron en grandes negocios y tiendas comerciales, con la dificultad de estar en calles estrechas, incómodas y sin salidas de emergencia, porque los comerciantes coparon todos los espacios.