Si yo acerté… o si fallé, eso lo hice a mi manera.
Cuando pienso en el pasado, recuerdo que cometí muchos errores; tuve bastantes aciertos pero también me equivoqué.
Y ahora, cuando pienso en el futuro, estoy seguro que seguiré acertando y equivocándome. Es imposible acertar siempre, además de que no aprenderíamos nada al salirnos todo bien.
Pero lo importante es que no perdamos tiempo ni gastemos nuestra energía torturándonos. Podemos ser un poco críticos con nosotros mismos para tomar conciencia de los errores y aprender de ellos, pero no machacarnos ni reprocharnos todo el tiempo.
Un día, alguien me preguntó y juzgó porque tomé una decisión equivocada tiempo atrás, le respondí que no me arrepentía, y le expliqué que en aquel momento, mi actitud me parecía lógica.
Si hubiese tenido el conocimiento y la madurez necesaria para aquella decisión, posiblemente habría sido diferente pero eso no lo sabré nunca. Por eso no te tortures por un error del pasado.
En cuanto tomes conciencia de dar cambios en una situación ¡hazlo! Si te sientes culpable, ¡perdónate!, y comprende que actuaste así porque en ese momento la ocasión lo requería, no vayas más allá.
Nos contaron que una vez un pescador llegó a la playa de madrugada para trabajar y encontró una bolsita llena de piedras. Como no había amanecido aun comenzó a lanzarlas al río una a una para pasar el tiempo; según las iba tirando iba amaneciendo, y cuando se disponía a lanzar la última piedra, vio que era una piedra preciosa.
Arrepentido, le contó el incidente a un amigo y este le dijo sabiamente: “Hubiese sido mejor si prestases más atención, pero piensa que todavía te queda la última piedra”.
Es así como hay personas que se pasan la vida reprochándose y martirizándose por lo que hicieron o dejaron de hacer y son demasiado críticas por sus errores.
Si eres una de ellas, hay un mensaje para ti: No pierdas tú tiempo con remordimientos ni arrepentimientos. Asume tus errores como aprendizajes, pide disculpas si lo crees conveniente, sigue tomando tus decisiones y vive “a tu manera”.
Aún tienes muchas piedras preciosas en el corazón, muchos momentos mágicos que vivir y muchos errores que cometer.
Aprovecha tus oportunidades, disfruta plenamente la vida, y si de repente crees que estás equivocado pero crees en ti y decides dar un cambio de rumbo, ¡cambia y rectifica!… pues esos son regalos del Padre Universal para ti. ¡A mi todavía me queda una piedra!… ¿Y a ti?
¡Rebélate! Lucha contra las adversidades, y se feliz… a tu manera!