Para entrar a una negociación se lo debe hacer con opciones en la mano porque si es con posiciones es mejor no entrar pues todo seguirá como antes y sólo se perderá el tiempo. Queremos entender de buena fe que en el encuentro entre Gobernación y dirigencia campesina así sucedió, no imaginamos que sólo se haya dado para cumplir con algo que la gente pedía a gritos, sólo para decir que se lo intentó. Y nos referimos a ambas partes. Es lamentable que el diálogo se haya roto y decretado el bloqueo de carreteras desde este lunes, la población es la que se perjudica, la que precisa trasladarse de un lugar a otro, los que quieren llevar su mercadería, sus productos.
De hecho que la economía del Departamento no atraviesa por su mejor momento y existen programas que significan compromisos muy fuertes con un alto componente social, tal como el PROSOL que tiene influencia en decenas de miles de familias campesinas, por tanto, de delicado trato y manejo. Peor aún si consideramos que está en vilo por las denuncias de corrupción en la administración de sus recursos y el supuesto interés de unos cuantos por seguir con las mismas reglas y la renuencia de la dirigencia del sector a introducir ciertos cambios. La condicionante de abrogar el decreto que somete este programa al Servicio Departamental Agropecuario, antes de poder suspender las medidas, marca limitaciones que colocan al diálogo en un escenario delicado y susceptible de fracasar. Claro que se debe hacer notar que el haber aceptado sentarse en una mesa tal cual ocurrió este domingo aún con el decreto vigente, muestra inicialmente predisposición del campesinado, lo mismo desde la Gobernación que sabiendo que se tienen los bloqueos como amenaza se hizo un espacio para el encuentro.
Lo malo es que a pesar de eso todo quedó en nada y la medida será aplicada desde hoy. Un fracaso cuyas consecuencias las padeceremos todos durante varios días con seguridad. Esperamos que el Gobernador Adrián Oliva siga insistiendo pues al final de cuentas es una autoridad elegida por el pueblo y debe solucionar sus problemas, pero no hay que ponerle todo el peso a él pues si la intransigencia se impone en la dirigencia del sector, igual será difícil hallar una solución.
Mientras tanto la población debe tomar sus previsiones porque los mercados estarán desabastecidos y posiblemente escaseen los combustibles. Ojalá los dirigentes entiendan que en casos de emergencia no pueden insistir con el bloqueo, que no suceda lo que ya sucedió, ambulancias varadas con enfermos adentro, vidas humanas en riesgo por la tozudez de alguien, eso no es admisible ni tolerable. Tenemos que aprender de estas experiencias, ya es tiempo.