Noticias El Periódico Tarija

REUTERS

Los fabricantes de máquinas cosechadoras y tractores se encontraron en una feria agrícola en Argentina con un problema poco común en una economía golpeada por la recesión y la inflación: demasiada demanda.

«Vendimos mucho más que lo pensado, el problema es que pensamos que la demanda sería menor», dijo el mes pasado a Reuters Marcos Formica, un ingeniero que representa a la productora Mainero, en la feria conocida como La Rural.

«Planeamos vender algunas máquinas y vendimos muchas más. Perdimos algunas ventas porque no teníamos inventario», dijo Mainero ahora planea comenzar a producir maquinaria dos meses antes de lo previsto para la próxima temporada.

Formica también piensa viajar al norte para vender sus equipos a agricultores en Nebraska, pues argumenta que sus productos son mejores que los de grandes jugadores como John Deere. No está solo en su optimismo.

La venta de maquinaria agrícola, considerada un indicador adelantado de la economía de Argentina, saltó a 3.004 unidades en la primera mitad de este año, un alza desde las 2.422 unidades de hace sólo dos años, según datos del Gobierno.

A pesar de la difícil situación de la economía de Argentina, también hay algunas señales de recuperación en algunas áreas.

En el mercado inmobiliario, el número de permisos de construcción solicitados en términos de metros cuadrados ha subido este año. Desarrolladores inmobiliarios dicen que la demanda está creciendo en los sectores de alta gama tanto comercial como residencial.

El inversor Eduardo Costantini dijo en el Reuters Summit 2016 que tiene la intención de comprar un predio de 100.000 metros cuadrados en la ciudad de Buenos Aires.

Los salarios de los expertos del sector de gestión de activos han subido entre un 30 y un 35% en términos reales en los últimos meses, en momentos en que los bancos tratan de atraer a argentinos que hace tiempo se mudaron a centros financieros globales como Nueva York o Londres, dijo Nicolás Rocha, un ejecutivo en la reclutadora Michael Page.

El presidente Mauricio Macri, quien asumió el mando en diciembre con la promesa de terminar con las políticas intervencionistas de los últimos 12 años, dice que Argentina está comenzando a ver el aumento de las inversiones que traerá la mejora económica que ha prometido, especialmente con la inflación bajo control.

«Eso va a generar estabilidad para fortalecer el proceso de inversión, que es lo que va a generar trabajo», dijo Macri, líder de una coalición de centroderecha, en una entrevista en la Casa Rosada.

Mostró un especial entusiasmo por el sector agrícola, un peso pesado en la producción de soja, maíz y trigo. Macri dijo que nuevas inversiones ya están arrancando y que llevarán a un incremento de entre un 25 y un 40% en la próxima cosecha. «Es un salto productivo muy grande».

Estanflación

Una reciente mejora en la confianza de los consumidores sugiere que muchos argentinos se están preparando para una recuperación. Pero todavía hay mucha mala hierba alrededor de los brotes que germinan como una señal de recuperación de la economía, y datos del Gobierno muestran que algunas áreas están en medio de una crisis.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) y economistas privados estiman una contracción en la economía de más del 1% este año y que la tasa anualizada de inflación se acerca al 40%. La producción industrial cayó un 6,4% en junio frente al mismo mes del año pasado, después de una contracción del 4,5% en mayo. La construcción cayó un 19,% en junio y un 12,9% en mayo, en comparación con los mismos meses del año anterior.

Los precios al consumidor subieron un 3,1% en junio y un 4,2% en mayo. El Gobierno dice que la inflación mensual va a caer por debajo del 2% para fin de año.

Facundo Gomez Minujin, director ejecutivo de JP Morgan en Argentina, dijo que el Gobierno de Macri está tomando las medidas necesarias, pero que las nuevas inversiones y la recuperación económica podrían ser más lentas que lo esperado.

«Hay mucho interés para invertir en el país, pero la inversión real siempre se demora, en cualquier país, porque es un proceso muy largo», dijo en el Reuters Summit 2016.

Algunos argentinos están perdiendo la paciencia y han salido a la calle a protestar por los aumentos de las tarifas del gas, una consecuencia de la reducción de subsidios que decretó el Gobierno. La cantidad de gente que se acerca a los comedores gratuitos de Buenos Aires se ha duplicado desde el comienzo del año.

En La Boca, un barrio de clase trabajadora de Buenos Aires, muchos residentes dicen que una combinación de alzas de precios y la reducción de subsidios de las tarifas de luz los pusieron en un momento difícil.

«Es malo, un desastre», lamentó Eduardo Jovanian, un empleado de comercio de clase media. «Y es difícil ser positivo, porque las tarifas subieron muchísimo, y la gente no tiene el dinero para pagarlas».